RÍO DE JANEIRO.- Lo que nunca pensaron argentinos y brasileños, orgullosos de las glorias de su fútbol en todas las categorías, puede ocurrir este miércoles: ser eliminados en la primera fase de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro.
Pensarlo ahora, o decirlo en público, eriza la piel de todos.
Del colombiano Jorge Luis Pinto, seleccionador de Honduras, quien afirma que «no hay mejor motivación» que jugarse la clasificación a cuartos de final frente a Argentina.
Del técnico de la albiceleste, Julio ‘el Vasco’ Olarticoechea, quien ha definido el partido contra la bicolor centroamericana como «una final», pues sabe que si empatan él y sus pupilos tendrán que volver a casa con más pena que gloria.
Se eriza la piel del seleccionador Rogério Micale, quien hoy a pedido a la prensa brasileña más reflexión, se menos «implacables» con las críticas para propiciar el ambiente ideal en las tribunas para buscar el triunfo obligatorio frente a Dinamarca.
El entrenador Niels Frederiksen sabe que llega al partido en Salvador con una preciosa renta de cuatro puntos, dos más que los de Brasil, que no se ha marcado goles. Y sabe que un empate bastará para ponerse en la fase de octavos de final sin importar lo que pase con los demás en el grupo A.
Brasil como Argentina tienen la necesidad de ‘ganar o ganar’.
En el caso de la Canarinha, empatar le dejaría con tres puntos y dependiente del partido que a la misma hora, pero en Sao Paulo, jugarán Sudáfrica, colista con un punto, frente a Irak, segundo con la misma campaña de los locales: dos unidades pero sin goles anotados o recibidos.
Con seis puntos en el grupo D la selección de Portugal ve por el retrovisor a hondureños y argentinos, que se medirán que llegan con tres a la tercera fecha en tanto que Argelia cierra con las manos vacíos.
Los de Pinto han marcado cuatro tantos y encajado los mismos, una luz de ventaja sobre los pupilos de ‘el Vasco’ Olarticoechea, que anotaron dos pero recibieron tres.
EFE