River Plate vs Boca Juniors: Conmebol anuncia que el partido se juega a las 19:15

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La expectativa tan grande derivó en lo que muchos temían. Todo se desbordó. Ni siquiera el promocionado operativo de seguridad para la Súper final pudo evitar que se produjeran graves incidentes, dentro y fuera del estadio Monumental.

Y todo es una incógnita. La Súper final de la Copa Libertadores entre River y Boca que debía jugarse a las 17 ya fue postergada dos veces. Según Conmebol, el encuentro comenzará a las 19:15 (5:15 hora peruana) pese a todos los incidentes y desprolijidades.

Desde Boca la postura es clara: ya le informaron a River y a Conmebol que no están en condiciones de jugar el partido: Pablo Pérez, capitán del equipo y Gonzalo Lamardo, juvenil que acompañó al plantel, fueron trasladados a un hospital para ser atendidos tras la salvaje agresión que sufrió el plantel boquense en su llegada al estadio Monumental.

Pero después de varias reuniones y de la presión ejercida por los presidentes de la FIFA, Gianni Infantino y de la Conmebol, Alejandro Domínguez, lo que parecía imposible se volvió probable: a pesar del caos generado y de los futbolistas heridos, la Súper final se jugaría. Tarde pero seguro.

Y agregó: «Pablo (Pérez) llegó con un parche en el ojo. No estamos para jugar. Yo entiendo que el médico tiene mucha presión pero vio todo, está todo filmado».

Fernando Gago se sumó en la misma línea: «Estamos sorprendidos porque nadie toma una decisión. Hace siete horas que estamos dando vueltas. A nosotros nos dicen que el partido se juega, pero no están dadas las condiciones en el grupo».

El comunicado del departamento médico de la Conmebol, con la evaluación de los jugadores de Boca.

El desmadre tuvo su epicentro en la llegada del micro con el plantel de Boca al Monumental. Y desde ese momento, alrededor de las 15.20, cuando faltaban menos de dos horas para que comenzara la gran final, todo fue caos, desorganización y preguntas sin respuestas.

Un grupo de hinchas de River que esperaba para entrar al estadio lanzó piedras contra el micro del plantel visitante. Fue una zona liberada, no había policías controlando esa zona aledaña al Monumental. O sí había, pero no fueron eficientes. Y llegaron tarde a la zona.

Para intentar dispersar a los hinchas fue peor el remedio que la enfermedad. Porque los policías empezaron a tirar gases lacrimógeno y todo se empeoró. El combo derivó en una imagen impresentable: los jugadores de Boca entraron al vestuario visitante heridos por los cortes de los vidrios rotos y con dificultades en la respiración por los gases.

 

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