HONG KONG/China.- Cuando la robot Sophia afirmó que creía merecer el derecho a formar una familia, los peores temores de muchos apocalípticos se dispararon al creer que la inteligencia artificial superaría a la humana, pero se descartó al establecerse que era parte de su programación.
Aunque lo parezca, Sophia no es un ser humano, sino un robot muy especial construido a imagen de la actriz Audrey Hepburn y con capacidad para mantener conversaciones gracias a su inteligencia artificial.
Poco antes de estas declaraciones, esta obra de Hanson Robotics (que pasa por ser la compañía responsable de crear los robots más realistas del mundo) ya había ocupado un importante espacio en los medios de comunicación, al convertirse en el primer robot de la historia en obtener la ciudadanía de un país, en concreto de Arabia Saudí, donde Sophia participaba en un evento científico.
https://www.youtube.com/watch?time_continue=215&v=o6hDcL20Vjc
Una anécdota -la de otorgar categoría de ciudadana a una máquina- que levantó no pocas críticas, teniendo en cuenta que el reino saudí no se caracteriza precisamente por el respeto a los derechos humanos.
“Hasta hace unos años, cuando le decía a la gente que quería construir ordenadores que pensaran como humanos, casi todo el mundo creía que estaba completamente loco, que leía demasiada ciencia ficción”, asegura Ben Goerztel, director de tecnología de Hanson Robotic y especialista en inteligencia artificial.
A pesar de lo sorprendente que resulta Sophia -y de la desconfianza que despierta en los más escépticos- Goerztel cree que no tenemos nada que temer y que no asistiremos en el futuro a un extreminio de nuestra especie a manos de máquinas furiosas.
En Hanson Robotics consideran que es imposible que los robots nos esclavicen, más bien al contrario declaran que el objetivo de su compañía es “crear un futuro mejor para la humanidad” a través de inteligencias artificiales que desarrollen empatía, amabilidad y relaciones verdaderamente simbióticas con los humanos. (ECHA – Agencias)