NUEVA YORK.- La revista estadounidense Rolling Stone publicó hoy el vídeo completo de la entrevista realizada por el actor Sean Penn a Joaquín «El Chapo» Guzmán cuando el capo del narcotráfico mexicano estaba aún en fuga.
En el vídeo, de 17 minutos de duración, Guzmán responde en español a las preguntas enviadas por Penn a través de su teléfono y que son leídas por una persona que no aparece en las imágenes.
Grabado en lo que parece ser un teléfono móvil, el narcotraficante viste una camisa azul estampada y gorra y aparece sentado al aire libre mientras responde a las cuestiones.
El contenido de la entrevista ya había sido difundido previamente por escrito por Rolling Stone, que también había ofrecido un extracto de la misma en vídeo.
Guzmán se extiende en las primeras respuestas, centradas en su infancia y en sus inicios en el mundo de las drogas, mientras que contesta el resto con mucha brevedad.
Entre otras cosas, el narcotraficante explica que comenzó a cultivar amapola y marihuana a los 15 años como forma de subsistencia y reconoce que las drogas «destruyen».
«Desgraciadamente, como le comento, donde yo me crié no había otra manera, ni hay, de sobrevivir y no había otro camino como llevar a cabo nuestra economía para poder vivir», asegura.
Guzmán dice no ser un hombre violento y asegura que lo único que ha hecho a lo largo de su vida ha sido defenderse, al tiempo que asegura que el negocio de las drogas no terminará nunca.
También asegura haber probado las drogas, hace más de 20 años, pero nunca haber llegado a desarrollar una adicción y se declara muy feliz por haber recuperado la libertad huyendo de prisión.
Cuando le preguntan cómo ve sus últimos días y le mencionan al fallecido capo colombiano Pablo Escobar, el narcotraficante mexicano responde: «Sé que un día voy a morir. Espero que sea de muerte natural».
Guzmán fue capturado el pasado viernes tras un operativo de la Marina mexicana en la localidad de Los Mochis, en su estado natal de Sinaloa, seis meses después de su fuga del penal de máxima seguridad del Altiplano.
El líder del cártel de Sinaloa ya había protagonizado otra fuga en 2001 de un penal de máxima seguridad en el estado de Jalisco, al que había ingresado en 1995 tras ser capturado en Guatemala dos años antes.