RÍO DE JANEIRO.- Reporteros Sin Fronteras (RSF) exigió este jueves garantías de seguridad para los periodistas que cubren las declaraciones que el mandatario Jair Bolsonaro concede frente a la residencia oficial de la Presidencia brasileña, ante el aumento de los ataques de seguidores del gobernante a la prensa.
La organización internacional afirmó en un comunicado que las autoridades tienen que garantizar la integridad de los periodistas, luego de que varios e importantes medios de comunicación suspendieran sus coberturas en el lugar por falta de seguridad.
«Reporteros Sin Fronteras denuncia la escalada de ataques contra la prensa e insta a las autoridades a intensificar las medidas de protección en el lugar para garantizar el trabajo de los periodistas», afirma la organización en su nota.
En las últimas semanas, los periodistas que acuden al portón del Palacio de la Alvorada, residencia oficial de la Presidencia, para cubrir las declaraciones que el líder ultraderechista suele dar en el lugar, han sufrido amenazas y agresiones físicas y verbales por parte de seguidores del mandatario presentes en el mismo espacio.
«Es inadmisible y vergonzoso que una institución pública, símbolo de la República, se haya convertido en escenario de ataques abyectos y sistemáticos a los periodistas por parte del presidente Bolsonaro y de sus seguidores», afirmó el director de la oficina de RSF para América Latina, Emmanuel Colombié (foto), citado en el comunicado.
«Las autoridades tienen que garantizar las condiciones de seguridad necesarias para que toda la prensa pueda participar de esos encuentros con el jefe de Estado», agregó Colombié.
La dirección de RSF para América Latina, con sede en Río de Janeiro, también manifestó su «solidaridad con los periodistas brasileños, cuya actividad, en este período de pandemia y en un ambiente de trabajo cada vez más hostil, es más vital que nunca».
GRANDES MEDIOS SUSPENDIERON COBERTURA
Según RSF, entre los medios que suspendieron la cobertura destacan el grupo Globo, que controla la televisión de mayor audiencia en el país así como otros medios como los diarios O Globo y Valor Económico y el portal de noticias G1, así como Folha de Sao Paulo, el diario de mayor circulación en Brasil.
RSF también cita a la red de televisión Bandeirantes, al diario Correio Braziliense -que había anunciado su decisión a comienzos de mayo- y el portal de noticias Metropoles, y agrega que el diario O Estado de Sao Paulo, pese a que no lo anunció oficialmente, también dejó de enviar a sus reporteros al lugar.
«El hecho inédito se produjo tras nuevos episodios de violencia y agresiones verbales protagonizados por simpatizantes de Bolsonaro, que igualmente se hacen presentes frente al Palacio y quedan separados de la prensa tan sólo por una varandilla», según RSF.
«Los seguidores de Bolsonaro crearon el hábito de insultar y amenazar a los periodistas que comparecen para registrar las declaraciones del jefe de Estado, que a veces los anima y a veces se divierte observando los ataques e intimidaciones», agrega.
Según la organización, tras las protestas de los periodistas, el presidente dijo que los medios querían hacerse pasar por víctimas.
El ministro del Gabinete de Seguridad Institucional de la Presidencia, el general de la reserva Augusto Heleno Ribeiro, afirmó este jueves que no puede impedir que los seguidores del presidente se acerquen al Palacio.
Agregó que intentará garantizar la seguridad física de los comunicadores pero que, en cuanto a los insultos, «los periodistas tienen que fingir que no escucharon».
Para RSF, desde el comienzo de la crisis sanitaria por el COVID-19, que convirtió a Brasil en el segundo país más afectado en el mundo y nuevo epicentro global de la pandemia, Bolsonaro «persiste en la negación (de su gravedad) y prefiere atacar a los medios de comunicación».
Según un estudio de la Federación Nacional de Periodistas, los ataques a comunicadores en Brasil, incluyendo asesinatos, agresiones y amenazas, saltaron un 54,07 % el año pasado, desde 135 en 2018 hasta 208 en 2019, y en su gran mayoría (121 declaraciones públicas con ataques o desacreditando a la prensa) constituyen agresiones del propio jefe de Estado. EFE