MOSCÚ.– En su primer viaje al extranjero desde el inicio de la Guerra Civil, el gobernante sirio, Bashar Al Assad, se reunió con el presidente ruso, Vladimir Putin, para coordinar las acciones conjuntas contra el Estado Islámico.
La entrevista se realizó en medio de los bombardeos de la aviación rusa contra más de 20 bases del Estado Islámico y otros grupos rebeldes, ante la protesta de Estados Unidos y la Unión Europea que temen se amplíen las acciones contra los opositores al régimen sirio.
Tras manifestar su satisfacción por el envío de aviones rusos, Bashar Al Assasd, manifestó a Vladimir Putin que sin su intervención militar el terrorismo del Estado Islámico se habría incrementado.
«El terrorismo, que ahora se ha extendido a través de la región, habría tomado áreas mucho más grandes y se habría extendido a lo largo de un territorio mucho mayor si no fuera por sus acciones y sus decisiones», señaló el mandatario quien retornó a Damasco tras la reunión.
Putín: apoyo también político
«Estamos dispuesto a hacer cuanto podamos no sólo en la lucha contra el terrorismo sino también en el proceso político», manifestó Vladimir Putin en el encuentro que se desarrolló en la noche del martes.
En ese sentido, destacó que una solución del conflicto es posible «con la participación de todas las fuerzas política, étnicas y religiosas» del país.
«La última palabra la debe tener el pueblo sirio», agregó.
El pasado 30 de septiembre la Fuerza Aérea de Moscú inició una campaña de apoyo al régimen sirio, junto con Irán y miembros del movimiento Hezbollah, la cual fue denunciada por la coalición liderada por Estados Unidos y organismos no gubernamentales como el Observatorio Sirio de Derechos Humanos.
Las críticas al Kremlin radican en el objetivo ruso en Siria, que en vez de combatir a los yihadistas del Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés), bombardearon al Ejército Libre, opositores al actual presidente, y a civiles.(ECHA- Agencias)