Rusia se dio un festín de goles en la inauguración del Mundial donde actúa como anfitrión. Una goleada por 5-0 que sirve de pista para pensar que en esta Copa del Mundo no se puede ser piadoso con el rival.
Rusia mereció la goleada por el certero movimiento de sus piezas donde los nombres de Cheryshev, Dzyuba, Inry Gazinsky y Golovin empiezan a desplazarse para hacerse de un lugar en la galería de las figuras en el Mundial de Rusia 2018.
Del rival poco o nada puede decirse por ser su accionar muy modesto con deficiencias en las coberturas y trancos de inocencia para dejar espacios y no ponerse a la altura de un debut mundialista.
En ese sentido Juan Antonio Pizzi tendrá que rescatar lo poco bueno que tiene a mano con el once árabe que de no entrar en proceso de salubridad, podría llevarse una mala experiencia con rivales como Egipto y Uruguay que tampoco dejarán de hacerse fuertes.
Arabia Saudita que ya había mostrado sus debilidades en el amistoso contra Perú, le debe haber servido al técnico Stanislav Cherchesov para sacar sus mejores apuntes y tener estudiado al adversario.
Cherchesov, un desconocido para el pueblo futbolero, con pinta de humorista ochentero, tiene su gracia por sus declaraciones premundial al decir que no sentía presión en el debut. “La presión es un término médico que en el fútbol no tiene sitio porque mi equipo está integrado por profesionales”.
Algo de razón tuvo porque Rusia no jugó presionado, fue suelto y maduro, para esperar los momentos de aplicar los zarpazos necesarios para causar daño y encima guardarse algo para los partidos venideros.
Rusia por ahora puede dormir tranquilo. La prueba del debut ya es pasado y tendrá que preparar sus mejores armas pensar primero en pasar a octavos de final. Una vez ahí, cualquier cosa puede ocurrir.
Lo que queda claro es que esta Copa del Mundo será de muchos goles. Mejor así para que los demás rivales se preocupen en ser ofensivos y no cerrarse atrás porque el espectáculo estará en riesgo. (Hugo Laredo Medina).