El ayudante presidencial ruso, Yuri Ushakov, reconoció que la reunión entre los mandatarios ruso y norteamericano se analizó durante mucho tiempo por canales secretos.
Puedo decir que se alcanzó un arreglo para la realización de esa cumbre, incluso la fecha y el lugar para hacerla, declaró Ushakov, quien adelantó que el anuncio oficial se hará mañana de conjunto con los colegas estadounidenses.
El ayudante presidencial aclaró que el encuentro se realizará en un tercer país. La prensa de Austria especula que la cita se efectuaría en ese Estado europeo.
Al respecto, el consejero del presidente norteamericano para asuntos de Seguridad Nacional, John Bolton, indicó en una conferencia de prensa que en ese encuentro se abordaría el posible regreso de Rusia al G-7, del que salió en 2014.
Bolton, quien se reunió en el Kremlin con Putin y es uno de los principales impulsores en la Casa Blanca de la política de sanciones unilaterales contra esta nación, afirmó que otro posible tema sería la supuesta injerencia rusa en los procesos políticos de Estados Unidos.
Moscú rechaza las acusaciones de su presunta injerencia en los asuntos internos norteamericanos y, al mismo tiempo, denuncia las decenas de casos de intromisión de Washington en procesos electores en Rusia, a lo cual dedica un presupuesto millonario.
Tanto la administración de Trump como el Kremlin reiteraron su rechazo a las versiones de una posible vinculación de Rusia con el actual mandatario estadounidense para realizar maniobras electorales.
A la par de acusaciones proferidas contra Moscú, Estados Unidos cierra al máximo la participación de medios como el canal Rusia Today o la agencia Sputnik en el espacio informativo del país norteño, donde fueron declarados agentes extranjeros.
Esa condición limita el acceso de los referidos medios a órganos estatales y el trabajo en Estados Unidos, donde están obligados a rendir engorrosos y periódicos informes.