MOSCÚ.- El gobierno ruso aseguró este 27 de enero que la respuesta escrita de Estados Unidos y la OTAN a sus demandas no aborda las principales exigencias, enfocadas en rediseñar los acuerdos de seguridad posteriores a la Guerra Fría.
El Kremlin señaló que “hay espacio” para continuar un diálogo, pero sobre asuntos secundarios. Aumenta la tensión cuando ninguna de las partes se muestra dispuesta a retroceder en su presencia armada y ejercicios militares en Europa del Este.
Moscú se muestra insatisfecho con la respuesta de Occidente a sus exigencias sobre seguridad, pero deja la puerta abierta.
El máximo representante de la diplomacia rusa señaló que la respuesta de su contraparte da esperanzas para iniciar un “diálogo serio”, pero sobre asuntos secundarios y no sobre temas fundamentales.
El presidente Vladimir Putin decidirá los próximos pasos de Rusia, agregó Lavrov.
Entre los requerimientos de Rusia se destacan: la prohibición de que Ucrania ingrese a la OTAN; el fin de la actividad de la alianza militar en Europa del Este, incluido el territorio ucraniano, el Cáucaso y Asia Central y el compromiso de que ni Washington ni Moscú desplieguen misiles de corto o medio alcance fuera de sus territorios.
En el fondo, el gobierno ruso reclama que Occidente repliegue sus militares y armas al lugar donde estaban estacionados en 1997, en los países que no eran miembros de la OTAN en ese momento. Entre ellos Bulgaria y Rumania.
Asimismo, el Kremlin ve como una línea roja la eventual unión de su vecina Ucrania a la OTAN porque por su ubicación a las puertas de Rusia se le considera una amenaza para la seguridad que no está dispuesta a permitir.
Con agencias de noticias