MOSCÚ.- Las nuevas sanciones estadounidenses contra Rusia también buscan atemorizar a otras naciones contrarias a seguir designios de Washington en el orbe, denunció este viernes el viceministro de Relaciones Exteriores, Serguei Riabkov.
En ese sentido remarcó que el objetivo trazado es de enviar una señal amenazadora al mundo de que Estados Unidos actuará así con quienes desobedezcan y se nieguen a plegarse a su dictado.
Riabkov se refirió también a las medidas anunciadas por Moscú para impedir el uso por la embajada norteamericana de sus almacenes en la calle Dvorni y el complejo de casas de descanso en Serebnei Bor, a partir del 1 de agosto.
El pasado 29 de diciembre, la administración saliente del demócrata Barack Obama ordenó el bloqueo de las casas de descanso de la embajada rusa en Centreville, Maryland, y Oyster Bay, en Nueva York, así como la salida de 35 diplomáticos.
«Nosotros esperamos por la anulación de esas disposiciones, pero a cambio solo recibimos condicionamientos imposibles de cumplir», consideró Riabkov, quien la semana pasada viajó a Washington para tratar el tema en el Departamento de Estado.
Moscú señaló que la embajada norteamericana deberá reducir su personal, de los mil 200 empleados actuales a 455, antes del venidero 1 de septiembre.
La cifra se corresponde con el número de diplomáticos y personal técnico que labora en la embajada rusa en Washington.
El diplomático ruso señaló que la decisión se toma después que ambas cámaras del Congreso estadounidense aprobaron casi por unanimidad un paquete de sanciones unilaterales contra este país, en especial, contra su sector energético.
Riabkov advirtió contra los intentos en Estados Unidos de utilizar la reacción lícita de Moscú para alentar una nueva espiral de confrontación entre ambas naciones. (ECHA- Agencias)