Este jueves, el Reino Unido celebra elecciones regionales y municipales, donde los ojos estarán puestos principalmente en Londres.
Esto, porque si bien el cargo de alcalde de la capital inglesa es más bien un puesto simbólico, sirve de trampolín político para quien lo ostente.
Y aún más, los comicios de hoy suman más notoriedad al saber que la primera opción de ganar la tiene un musulmán.
Se trata de Sadiq Khan, un abogado de 45 años especializado en derechos humanos, nacido en Reino Unido e hijo de un matrimonio paquistaní que llegó a Europa a fines de la década de los 60.
Hoy, este candidato del Partido Laborista figura en los sondeos como el favorito para ser jefe comunal, con una ventaja de 12 puntos sobre el conservador Zac Goldsmith.
Es en esta rivalidad donde los medios europeos han hecho hincapié, constratando el origen humilde de Khan -hijo de un chofer de bus y una costurera- con el de su contendor, heredero de un multimillonario.
De concretarse las predicciones, el aspirante laborista podría convertirse en el primer alcalde musulmán de Londres y de una importante capital europea, lo que al parecer preocupa al sector más conservador, que ha ocupado ese factor como argumento para no votar por él.
De boxeador amateur a defensor de los DDHH
Sadiq Khan creció junto a sus siete hermanos en una vivienda de protección social en el barrio de Tooting de la capital británica, conocido por ser una zona conflictiva.
Ahí, su familia sobrevivía gracias al aporte público y a los esfuerzos de sus padres.
Durante su juventud, además de estudiar Derecho, entrenó como boxeador mientras aún vivía con sus padres, hasta que a los 24 años se independizó tras casarse con la también abogada Saadiya Ahmed, con quien tiene dos hijas.
Como profesional, Khan trabajó en el estudio de la activista Louise Christian y luego fue presidente de Liberty, un grupo de presión a favor de los derechos civiles.
También se destacó por defender a figuras controvertidas como Louis Farrakhan, líder del grupo «Nación del Islam», cuya entrada al Reino Unido está vetada por considerar que sus dichos racistas y antisemitas ocasionarían problemas de orden público.
Su ingreso a la política fue en el 2004, al ser elegido miembro de la Cámara de los Comunes.
Posteriormente, en 2008 el entonces primer ministro Gordon Brown lo nombró ministro «junior» para las Comunidades Locales y luego titular de la cartera de Transporte.
Luego, en 2010, Khan fue director de la campaña que llevó a Ed Miliband ser elegido líder de los laboristas.
Hoy, Khan ha cautivado a los londinenses con su historia de lucha y también con su programa de gobierno, donde ha prometido un soluciones a la crisis de vivienda que vive la capital británica, con precios altísimos y condiciones deplorables.
Asimismo, se comprometió a atacar la saturación del transporte público. Así, este candidato se ha perfilado como «un musulmán moderno y progresista», según dijo a la AFP el profesor Tony Travers, de la London School of Economics, al profesar la religión islámica y también apoyar causas como el matrimonio homosexual.
Sin embargo, los detractores del abogado -entre ellos el primer ministro, David Cameron- han intentado atacar a Khan aludiendo a su condición de musulmán, presentándolo como alguien con vínculos extremistas, recordando el caso de Louis Farrakham.
Ante esto, el laborista aseguró que se trata de una campaña «divisiva y desesperada».
«Soy londinense, soy británico, soy de fe islámica, y me enorgullezco de ser musulmán. Soy de origen asiático, paquistaní. Soy un padre, soy un marido, soy un sufridor hincha del Liverpool desde hace tiempo. Soy todas estas cosas», argumentó Khan.
En este sentido, aseguró que «lo mejor de esta ciudad es que puedes ser un londinense de cualquier confesión o de ninguna, y aquí hacemos algo más que tolerarnos: nos respetamos, nos recibimos con los brazos abiertos».
Khan está a horas de hacer historia. Ahora falta ver qué pasará en las urnas.
Fuente: Emol.com/Foto: descrier.co.uk