WASHINGTON.- Trabajar haciendo manicures, con exposición diaria a los químicos de los cosméticos, entraña graves riesgos para la salud, según un artículo de investigación que publica hoy «The New York Times».
La periodista Sarah Maslin Nir, que entrevistó a 125 trabajadoras de salones de manicures, recabó testimonios acerca de toses incesantes, lesiones en la piel y problemas más graves de salud, como abortos espontáneos, hijos con dificultades de desarrollo e incluso cánceres.
«Estos casos se han vuelto tan comunes que las veteranas advierten a las jóvenes que están en edad de tener hijos de que se mantengan lejos del negocio, por la fuerte dosis de esmaltes, disolventes, endurecedores y pegamentos que las trabajadoras de uñas manejan a diario», señala el artículo.
El riesgo para las clientas de estos centros no es comparable con el de las trabajadoras, expuestas durante horas y cada día a químicos sobre los que existen alertas sanitarias y de investigadores.
El ftalato de dibutilo (DBP, por sus siglas en inglés), que hace que el esmalte de uñas y otros productos sean maleables, es uno de los más de 1.300 químicos prohibidos para el uso en cosméticos de la Unión Europea, pero en Estados Unidos no hay ninguna limitación para su uso.
La investigación denuncia que en Estados Unidos son menos de una docena de químicos en los cosméticos los que están prohibidos, menos que en la Unión Europea.
El tolueno, un tipo de disolvente que ayuda a que el esmalte de uñas se aplique de manera uniforme, puede dañar las funciones cognitivas y del riñón, y la exposición constante a esta sustancia durante el embarazo puede «tener efectos adversos en el feto en desarrollo», de acuerdo con la Agencia de Protección Ambiental de EEUU.
El formaldehído, un agente endurecedor en los productos para uñas, está catalogado como cancerígeno en los humanos por el Departamento de Salud de Estados Unidos, y la Unión Europea prohibirá su uso en 2016.
«Sabemos que muchos de los químicos son muy peligrosos», dijo al diario David Michaels, subsecretario de la Administración Federal de Seguridad y Salud Ocupacional, la agencia encargada de la seguridad en los lugares de trabajo.
«No necesitamos ver el efecto en las trabajadoras de salones de belleza para saber que es dañino para los trabajadores», añadió.
De los 20 químicos comunes para uñas que ocasionan problemas de salud, los cuales están enumerados en un folleto que publicó la Agencia de Protección Ambiental, 17 son dañinos para el tracto respiratorio.
La sobre exposición a estos químicos provoca quemaduras en garganta y pulmones, así como problemas para respirar o falta de aliento.
«Algunos estados y municipios recomiendan a las trabajadoras que usen guantes y otro tipo de protección, pero los propietarios de los salones casi siempre las disuaden de colocarse ese tipo de material», denuncia el artículo.
En Estados Unidos estos salones gozan de una gran popularidad y suman un total de 17.000, según los datos del censo.
Solo en la ciudad de Nueva York, que tiene la mayor concentración de salones de este tipo, hay más de 2.000.