Se inyectó aceite para agrandar bíceps y casi le amputan los brazos (Videos)

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RÏO DE JANEIRO.– En su obsesión por tener músculos como el increíble Hulk, el brasileño Romario Dos Santos Alves no dudó en inyectarse aceite en sus bíceps, logrando que crecieran desmesuradamente y estuvo a punto de que le amputen los brazos.

Pese a que los médicos le advirtieron que podrían tener que amputarle los brazos, como consecuencia de los cócteles mortales que se ponía en sus extremidades para que crecieran y así parecerse al «gigantesco hombre verde», Dos Santos siguió adelante obsesionado por parecerse al “gigante verde”.

https://www.youtube.com/watch?v=WhC2ibBZHXg

El tratamiento que había experimentado Romario dos Santos para poder hacer crecer sus músculos no implicaba una sola inyección, sino una serie interminable. «Si la tomas una vez habrá definitivamente una segunda vez, es adictivo, no voy a caer en esa tentación de nuevo «, reconoció el musculoso de 25 años.

«Recuerdo al médico diciéndome que tendrían que amputarme ambos brazos», dijo en una entrevista reproducida por el diario británico Mirror. «Quiero que otras personas vean los riesgos. Pude haber muerto, todo porque quise músculos más grandes», enfatizó.

https://www.youtube.com/watch?v=W-gIrMau0Hs

Recordó cómo fue que quiso comenzar a «crecer» en lo relacionado con su físico. Fue después de ver a otros muchachos en el gimnasio. Quiso imitarlos. No podía creer los músculos que tenían.

«Vi algunos hombres realmente grandes en el gimnasio con enormes brazos y comencé a hacerme amigo de ellos. Me llevaron al synthol (esteroide) y me entusiasmé por los resultados. Perdí el control», señaló.

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«Mis músculos comenzaron a solidificarse y no podía siquiera inyectarme los brazos, estaban llenos de piedras. Decidí que lo único que podía hacer era comprar agujas de especialistas para poder inyectarme. Sé que suena estúpido, pero era lo único que podía hacer para tener mi synthol«, confesó.

Al tiempo que estaba desesperado por seguir agregando químicos a su cuerpo, la salud mental de Romario Dos Santos se debilitaba. Su mujer le hizo un ultimatum: ella o el synthol. «Fui hospitalizado en una clínica y mi esposa estaba embarazada de seis meses».

«Finalmente, gracias a Dios, el médico me dijo que no habría que amputar. Podrían remover el synthol solidificado que se había formado en mis brazos», recordó Romario. (ECHA- Agencias)

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