Un rápido análisis de los partidos ante Chile y Bolivia en el extranjero ese 1975 basta para comprobar que la selección peruana fue claramente superior a sus rivales. El 1 a 1 en Santiago ante Chile y el difícil, pero meritorio 1 a 0 ante Bolivia en Oruro, permitieron a la selección peruana regresar a Lima con tres de cuatro puntos de visita y esperar los choques de vuelta con tranquilidad.
El flamante estadio de Alianza Lima, enclavado en La Victoria e inaugurado en diciembre de 1974, al que un sector de la prensa consideraba coqueto y uno de los mejores de Sudamérica, se convirtió en la casa de la selección peruana para sus choques de local. El estadio Nacional sometido a reparaciones, luego del terremoto que había soportado Lima el 3 de octubre de 1974, esperaría su turno.
El 1 a 1 en Chile dejó un sabor agridulce en la prensa peruana. Si bien el punto era bueno, se lamentó que Teófilo Cubillas errara el segundo tanto peruano ante un desagradecido arco chileno que debió ser el del triunfo peruano en la fría noche invernal de Santiago. Pero la alegría volvió a los rostros peruanos el 27 de julio, cuando, en vísperas de las Fiestas Patrias, la selección peruana, en una heroica actuación vencía por 1 a 0 a Bolivia en Oruro. El tanto, a 4 mil metros sobre el nivel del mar, lo marcó Oswaldo “Cachito” Ramírez.
Tras el gol peruano, la selección de Bolivia se lanzó contra el arco nacional obligando a la defensa peruana a batirse desesperadamente. El “veterano” Julio Meléndez salvó un gol cuando la pelota ya ingresaba al pórtico peruano y Otorino Sartor estaba vencido. Al final del choque y en medio de la algarabía peruana por el triunfo en Oruro los hinchas bolivianos desataron su impotencia lanzando cuando encontraban a su mano contra el cuadro peruano que tuvo que dejar el campo de juego protegido pero victorioso.
“Podemos gritar Perú campeón” títuló una popular revista deportiva de la época ante los buenos resultados y el buen juego mostrado por la selección peruana en el extranjero. Es que Marcos Calderón, que había dejado Alianza Lima momentáneamente para entrenar a la selección peruana tenía el respaldo de un sector de la influyente prensa escrita de entonces.
Otro grupo, por el contrario, lo criticaba y lo llamaba el “señor antifútbol”. Le exigían que hiciera jugar a Pedro Ruiz (Pedrito) si Teófilo Cubillas no conseguía permiso del Porto, su club, para venir a jugar por la selección peruana. Le criticaban, además, que apostara en la defensa por Rubén “Panadero” Díaz, a quien calificaban de jugador brusco y torpe y que además llamara a la selección peruana a muchos jugadores de Alianza Lima como César Cueto, Augusto Palacios (el futuro trotamundos del fútbol peruano) o Carlos Gómez Laynez.
Marcos Calderón no se amilanaba ante las críticas y respondía con seguridad y tranquilidad cada vez que la prensa lo interrogaba, si bien, siempre se mostraba exigente y duro con sus jugadores.
VICTORIAS EN LIMA
Luego de las Fiestas Patrias de 1975 y mientras Lima soportaba temperaturas de hasta 12 grados centígrados, una selección peruana recibía por primera en el estadio de Alianza Lima a un seleccionado extranjero. La victoria sobre Bolivia fue por 3 a 1 la tarde del 7 de agosto. La prensa, sin embargo, no quedó contenta con la victoria peruana y exigió un mejor al seleccionado peruano. Tras el choque, aseguró que Bolivia se había mostrado tan débil que aunque hubiera enfrentado a un club peruano igual habría sido goleada. Pedía además el ingreso de nuevos jugadores al seleccionado como Juan José Oré, Antonio Trigueros y Fernando Cuéllar ante la negativa del Porto de ceder a la selección peruana a Teófilo Cubillas y del Barcelona de España de hacer lo propio con Hugo Sotil.
Oswaldo “Cachito” Ramírez, César Cueto y Juan Carlos Oblitas anotaron los goles peruanos contra Bolivia ese tarde fría y gris del invierno limeño.
César Cueto jugó en lugar de Teófilo Cubillas, quien no recibió permiso de su club para venir a jugar por la selección peruana. Bolivia descontó de penal cuando el marcador estaba definido para la selección peruana por 3 a 0. Los bolivianos habían vencido antes 2 a 1 a Chile en Oruro, y luego de caer en Lima por 3 a 1 viajaron a Santiago donde 4 a 0 cayeron el 13 de agosto, quedando definitivamente fuera de competencia.
El último partido de la llave fijado para el 20 de agosto encontraba a una selección peruana bien armada, que de local solo necesitaba un empate para alcanzar las semifinales del Sudamericano de 1975, mientras Chile estaba obligado a obtener el triunfo para intentar ganar el grupo.
La delegación chilena se hospedó en Lima en el hotel Riviera. El día del juego contra Perú no pudo resistir un arrollador primer tiempo de la selección peruana que jugó su mejor partido de todo el Sudamericano. Un 3 a 0 claro, rotundo y contundente para Perú cerró la primera mitad del partido con goles sobre el arco norte la tarde del 20 de agosto.
Percy Rojas, Teófilo Cubillas y Juan Carlos Oblitas, con una impresionante media vuelta, dejaron rápidamente nocaut a Chile ante el delirio de los 35 mil aficionados instalados en el coloso de Alianza Lima y los 12 millones de peruanos de entonces. La clasificación estaba asegurada.
Perú se paró en el segundo tiempo. Mantuvo el resultado y el descuento chileno casi al final del juego sobre el arco de Otorino Sartor no cambió en nada la ya asegurada clasificación peruana. Algún sector de la prensa criticó que la selección peruana no “rematara” a Chile en la fase final, pero igual se celebró la clasificación sobre el césped victoriano.
Unos días después, ya en setiembre del 75 se conoció al rival de la seleccion peruana en semifinales: era Brasil. El primer juego sería en Belho Horizonte y el de vuelta en Matute. La prensa nuevamente dudaba que se contara para esos choques con Hugo Sotil, Teófilo Cubillas, Percy Rojas y Eleazar Soria. Empezaba otra historia.
Raúl Graham
Fotos: fotosfutbolperuano.blogspot.pe