La selección peruana enfrenta este jueves 10 de noviembre a Paraguay en Asunción con un semblante refrescado, resbaloso, porque parece encarrilarse a una llegada de fotografía para meterse de lleno en el repechaje.
Luego de la derrota ante Chile estábamos enterrados, con posibilidades nulas de estar entre los cinco primeros en las Eliminatorias Rusia 2018. Sin embargo, hoy las cosas han cambiado.
En primer lugar los tres puntos ganados en mesa por la mala inscripción del jugador paraguayo Nelson Cabrera naturalizado boliviano. El paisaje es diferente porque con las unidades ganadas sumamos 11 puntos. Estamos igual de octavos pero con once puntos con aire para seguir trepando en lo que resta de la carrera premundialista.
Otro suceso igualmente favorable es el nivel en alza de Christian Cueva. El partidazo que hizo en la goleada 4-0 a Corinthians sirve para que el menudo futbolista llegue agrandado al cotejo con los guaraníes.
Christian Cueva jugó en un nivel superior, con excelencia suprema, capaz de dejar una fragancia agradable para la captura de dispersos elogios regados por el mundo. Así de excelente fue la actuación del peruano con la camiseta del Sao Paulo.
Estos dos hechos se suman a que Joshimar Yotún cumplida la fecha de suspensión, quedó hábil para jugar contra los paraguayos, igualmente Ricardo Gareca parece haberse dado cuenta que Joel Sánchez no puede quedarse en el banco.
En su nuevo diseño el jugador de Santa Anita encaja bien en el mediocampo. Tiene en su ADN el sacrificio suficiente para recuperar pelotas y criterio para con buen pie enervar jugadas con pistoletazos de gol.
Las actuaciones últimas de Raúl Ruidíaz con el Monarcas Morelia abrigan esperanzas de que pueda llegar entonado para ser la pieza de recambio o en el mejor de los casos acompañar desde el saque a Paolo Guerrero.
Así, queda la sensación de que ante Paraguay el equipo bicolor podría embolsicarse los tres puntos y llegar suaves y limpios de espíritu para el encuentro en Lima contra Brasil.
La clasificación mundialista está todavía lejos. Para acortar distancias se hace necesario sumar, sea en casa o afuera. No importa que el rival sea el Scratch que vendrá con sus figuras extraterrestres.
No interesa que Brasil sea de otro mundo, acá hay que lavarse bien la cara para darle vuelta al equipo de Neymar aunque suene a un imposible. Total edificios más grandes se han caído. (Hugo Laredo).