La crisis en la selección peruana se instala con el pobre rendimiento ante Chile. Esta vez sin saber cómo defender y no encontrar la ruta del gol conspiró para que la bicolor se coloque al borde de la cornisa y con un futuro nada alentador.
La selección peruana jugó pensando que Paolo Guerrero y Pedro Gallese fueran los salvadores. No lo fueron y todo se hace más sombrío para el resto de la eliminatoria.
El “Depredador” en medio de su desolación se encontró con un vacío y falto de compañía para asociarse y encontrar argumentos para hacer daño a adversario que tampoco es una maravilla.
Así, se veía que habríamos de recibir un duro golpe en el resultado. Se mejoró algo con los ingresos de Carrillo y López, pero Reynoso tardó demasiado en ordenar sus ingresos.
Le toca a Reynoso su parte de culpa para plantear un partido mejor trajeado y no los harapos de un fútbol sin brújula y evidente,
No se pudo encontrar a alguien destacado. Es que nadie jugó bien, ni siquiera Advíncula que se mostró extraño en el puesto de extremo.
Se jugó tan mal que ni siquiera se pudo enmendar cuando hubo el momento de hacerlo. En suma, una derrota que duele y esperar que ante Argentina se mejore y no caer en otra vergüenza. (Hugo Laredo)