LA PAZ.- La polémica quedó servida en Bolivia tras el silletazo contra el expresidente Evo Morales en una reunión de su partido, con reacciones que van desde las críticas, preocupación y amenazas de expulsión del oficialista Movimiento al Socialismo (MAS).
El suceso ocurrió en la víspera en una reunión que se llevó a cabo en la localidad de Lauca Ñ, en el trópico de Cochabamba, el bastión político y sindical de Morales, para definir las candidaturas del MAS en la región oriental de Santa Cruz para las próximas elecciones subnacionales.
El encuentro terminó entre gritos que pedían una renovación política mientras los participantes lanzaban sillas, una de ellas que fue a dar a la cabeza de Morales, según se observa en videos grabados con teléfonos móviles que luego fueron difundidos en las redes sociales y medios locales.
El aparente detonante de la trifulca fue el anuncio de la designación del exministro Carlos Romero como el candidato a la Gobernación de Santa Cruz, lo cual no fue bien recibido por los participantes en el encuentro, según apunta la prensa local.
Luego de que las imágenes fueran ampliamente compartidas y difundidas, el exmandatario y presidente del MAS denunció en su cuenta de Twitter que la «derecha golpista trata de destruir la unidad» de su partido y que están «enviando infiltrados para generar violencia» en estos encuentros partidarios.
El partido gubernamental determinó a través de una resolución la «expulsión definitiva con ignominia del MAS a todos los implicados e identificados en estos actos de indisciplina».
La nota también expresa el respaldo incondicional a Morales por ser el «constructor del proceso de cambio y la revolución democrática y cultural», como llaman al Gobierno del MAS sus militantes.
CRÍTICA, REFLEXIÓN Y BURLA
La líder de la Confederación de Mujeres Campesinas «Bartolina Sisa», Segundina Flores, pidió a la militancia «masista» respeto por el expresidente y que no silben, griten o boten sillas en los encuentros, cuyo objetivo es lograr consensos en las candidaturas que se presentarán.
En la otra vereda, la expresidenta transitoria Jeanine Áñez manifestó en Twitter que estos actos demuestran que las bases del MAS se «rebelan», lo que, a su juicio, es bueno.
Áñez también consideró que «ya pasaron los días de la impostura» que Morales aplicaba en su partido.
La Defensoría del Pueblo expresó en un comunicado su preocupación «por las acciones violentas» en distintos actos para elegir a los candidatos y exhortó a la tolerancia, el respeto y que se utilicen las «vías democráticas».
No faltaron los memes compartidos ampliamente en distintas plataformas, muchos de ellos aludiendo a la silla plástica de color azul que golpeó al exmandatario.
«Ahora sí fue golpe. Atentamente, la silla», es uno de los mensajes que se lee en redes sociales, o «al que pierde la silla, le dan con la silla».
Otros hacen una analogía con el apellido del expresidente Carlos Mesa(2003-2005), el principal contrincante de Morales en las fallidas elecciones de 2019, y lo sucedido con la silla con textos como «lo que no pudo hacer Mesa, lo hizo la silla».
Morales renunció a la Presidencia boliviana en noviembre de 2019 denunciando un «golpe de Estado» en su contra, en medio de denuncias de un supuesto fraude electoral a su favor en los comicios generales de ese año que luego fueron anulados.
Las pugnas dentro del MAS por las candidaturas a las elecciones subnacionales se han manifestado en tensiones y silletazos en otros encuentros en regiones como Potosí, Santa Cruz y Chuquisaca.
Tras la crisis política y social que vivió Bolivia el año pasado y la victoria electoral del presidente Luis Arce, algunos sectores del MAS pidieron un proceso de renovación sin desconocer el liderazgo de Morales dentro de la organización. EFE
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