PARÍS.- Más del 10 % de los edificios históricos de la ciudad siria de Alepo han sido destruidos en cinco años de conflicto en ese país y más de la mitad de los examinados por la Unesco tienen daños graves o moderados, según un estudio de ese organismo difundido hoy.
Aunque el deterioro ya había sido documentado en el pasado, es la primera vez que se efectúa una evaluación tan detallada del estado del patrimonio cultural de la ciudad, gracias a imágenes por satélite y a la colaboración de historiadores, arquitectos y arqueólogos.
El informe de la Unesco y del Instituto de Naciones Unidas para la Formación Profesional e Investigación (Unitar) analiza 518 propiedades, incluidas las célebres Ciudadela y Gran Mezquita y algunos de los edificios más famosos de la urbe, cuyos orígenes se remontan al segundo milenio antes de Cristo.
«La idea era cuantificar de la forma más precisa los daños», explica a Efe el experto de Unitar Olivier van Damme, quien apunta que las primeras imágenes se remontan a 2013, dos años después del inicio de la confrontación.
Alepo, en el noroeste de Siria, entre Turquía y el Líbano, tiene una ubicación estratégica y ha sido un destacado enclave comercial y de producción desde su fundación. Su Ciudad Vieja entró en 2013 en la Lista del Patrimonio Mundial en Peligro de la Unesco.
El balance material tras el cese de las hostilidades allí el 22 de diciembre de 2016 es desolador: el casco viejo está «en gran parte en ruinas», resume la directora general de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), Audrey Azoulay.
Entre 2013 y 2017, fueron destruidos 56 edificios históricos en la ciudad vieja, otros 82 sufrieron un deterioro grave y 270 moderado, mientras que se sospecha que han sido dañados otros veinte.
Aunque en la Ciudadela, símbolo de Alepo, el balance de los desperfectos es «moderado», se calcula que hay 31 puntos afectados, algunos de ellos devastados, como una sección de la muralla, y otros con daños severos, como un torreón.
Peor diagnóstico recibe la Gran Mezquita, una de las joyas arquitectónicas del mundo musulmán, que se construyó en el año 715 después de Cristo.
En septiembre de 2012, un gran incendio en los zocos cubiertos asoló casi toda su zona este, y en abril de 2013 fue destruido su minarete, erigido en el año 1090 y cuya decoración se consideraba única en la historia de la arquitectura islámica.
Tampoco han sobrevivido al conflicto la madrasa Al Sultaniya o la mezquita de Al Jusrawiya, que parece haber sido demolida con explosivos.
De los 157 lugares comerciales analizados, 31 han desaparecido y otros 43 presentan daños importantes, como el mercado Jan al Sabun, valioso por la riqueza de sus detalles decorativos, o el zoco Al Zarb, que contenía 65 tiendas distribuidas en dos hileras.
La evaluación remota permitió controlar por primera vez áreas de otra manera inaccesibles.
Azoulay advirtió de que, más allá del coste humano del conflicto, no hay que desestimar su impacto sobre el patrimonio cultural, «componente esencial de la identidad y reserva vital de memoria y conocimiento tradicional».
Por ello, la Unesco destacó que su restauración es parte del proceso de curación de las comunidades afectadas e hizo hincapié en que este estudio provee una base «esencial» para empezar a abordar los desafíos de la eventual reconstrucción.
La directora del Centro del Patrimonio Mundial de la Unesco, Mechtild Rössler, explicó a Efe que aún no hay fecha para empezar a recomponer Alepo.
Sin embargo, agregó, uno de los principales problemas son las minas antipersona esparcidas por su territorio, en cuya eliminación se trabaja junto con el Servicio de Lucha Antiminas de la ONU (UNMAS).
La Unesco encabeza los esfuerzos internacionales para proteger y restaurar el patrimonio cultural sirio y difundirá en 2019 una segunda publicación sobre todos los sitios sirios inscritos en su lista del Patrimonio Mundial y en la Lista Indicativa del país, en las que se incluyen otros, como la Ciudad Vieja de Damasco.
EFE/Foto: lavanguardia.com