Como «Sodoma y Gomorra» y «nuevo terrorismo» fue considerado el enfoque de género en el currículo escolar en Perú por congresistas de la bancada fujimorista, durante el debate de interpelación a la ministra de Educación, Flor Pablo, que se realiza este jueves en el Legislativo peruano.
«El gobierno del señor Vizcarra, para mí, se llama incapacidad, ineptitud. Y su ministerio, para mí, se llama Sodoma y Gomorra. Señora ministra, si no tiene políticas educativas claras, renuncie», expresó la congresista de Fuerza Popular Tamar Arimborgo.
Su colega Ángel Neyra, también de la bancada fujimorista, afirmó que existe una intención del Ejecutivo de «querer implantar una perversa ideología de género».
Señaló que esto es un «nuevo terrorismo», en alusión al que ya afrontó el país en décadas pasadas por los grupos Sendero Luminoso y Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA), y aseguró que se trata de una nueva estrategia para «distraer» la democracia.
El portavoz del partido fujimorista, Carlos Tubino, sostuvo, por su parte, que el uso del término género «es una corriente de pensamiento que no promueve la igualdad entre los sexos».
«Lo que hace es impulsar la asexualización del ser humano», acotó antes de pedir «respeto» a la preocupación de su bancada ante este tema que, según dijo, no responde a un intento de «bloquear» políticas nacionales, sino que les compete como seres humanos.
La ministra Pablo es la tercera titular de Educación interpelada desde 2016 por iniciativa de la bancada fujimorista y del Partido Aprista, en este caso, sobre todo, para que informe sobre la supuesta intención de implantar una «ideología de género» en las escuelas, según afirman sectores ultraconservadores del país.
En su presentación ante el pleno, Pablo afirmó que las niñas peruanas «están siendo violadas por personas de su entorno cercano» y enfatizó que, por ese motivo, se necesita «una educación con enfoque de género que cuide» a los menores.
«Les pido ponerse del lado de nuestros niños», invocó la ministra, quien ha recibido el apoyo expreso del primer ministro Salvador del Solar; de la ministra de la Mujer, Gloria Montenegro; de la Defensoría del Pueblo y de la exministra de Educación Marilú Martens, quien durante su gestión también afrontó las críticas del fujimorismo y de grupos conservadores por el enfoque de género.
Al respecto, Martens expresó que existe un grupo de políticos que «ha tomado el tema educativo como una excusa para confrontar al Gobierno» en los últimos tiempos, ya que «hay una intención de trabar la política educativa nacional».
Montenegro lamentó, a su turno, que se haya motivado la salida de «dos excelentes ministros» de Educación en dos años y medio de Gobierno, a pesar de que el sistema educativo nacional ha afrontado muchas dificultades durante este Gobierno debido a desastres como el Fenómeno de El Niño o huelgas de maestros, entre otros temas que han motivado «un retraso».
La Defensoría del Pueblo, a través de su defensora adjunta para los derechos de la Mujer, Eliana Revollar, aseveró que el enfoque de igualdad de género «permite resolver las asimetrías, donde lo masculino tiene preponderancia sobre lo femenino, y las inequidades».
Revollar rechazó que algunos miembros del Legislativo puedan asumir posturas que van en contra de la igualdad, que consideró un «estándar de la dignidad humana».
«Al Estado se le da tres responsabilidades: promover igualdad, no discriminar y protección a población vulnerable, que significa adoptar medidas internas que promuevan igualdad y respeto para todos los seres humanos», acotó.
El prolongado debate en el Congreso ha suscitado numerosos comentarios en redes sociales entre los que consideran que es necesaria una política de «educación con igualdad» y los que rechazan su implementación.
Aunque legisladores afines al Ejecutivo adelantaron la posibilidad de que el Gobierno presente una cuestión de confianza si es que se intenta censurar a Pablo, otros señalaron que la oposición política no tiene esa intención. EFE
Foto: Crónica Viva / Antonio Melgarejo
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