Sonda espacial Rosetta da otra visión sobre el origen de la vida

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PARÍS.– La sonda europea Rosetta, que acompañó ayer al cometa 67P en el punto más cercano al Sol de su trayectoria, está comenzando a dar pistasvaliosas que ayudan a comprender el origen de la vida en la Tierra, aseguran astrofísicos.

El cometa alcanzó ayer su perihelio, es decir el punto más cercano al Sol de su órbita elíptica de seis años y medio. El cometa 67P/Churiumov-Guerasimenko se encuentra a 186 millones de kilómetros del Sol y 265 millones de la Tierra.

Este paso por el perihelio tiene especial importancia porque es la primera vez que una sonda espacial observa de cerca a un cometa durante ese agitado periodo.

Al aproximarse al Sol, el cometa de unos 4 km de diámetro y forma irregular, formado por hielo, minerales y partículas con carbono, tiene una actividad creciente.

De su núcleo escapan chorros de gas y polvo cada vez más intensos, según pudo observar la sonda, que hace un año escolta al 67P tras una década de viaje interplanetario desde la Tierra.

Según la Agencia Espacial Europea (ESA), el cometa estuvo “muy activo” ayer, con importantes proyecciones de gases y polvo.

Jean-Yves Le Gall, presidente de la agencia espacial francesa CNES, acotó que Rosetta permanece “al acecho”. “Estamos recibiendo datos extraordinarios y la cosecha continúa”, precisó.

Antes de las observaciones de Rosetta y su robot Philae posado en el 67P, se pensaba que los cometas estaban compuestos de hielo y un poco de polvo. Eran como “bolas de nieve sucia”, explicaban.

“Para nada”, aclara Jean-Pierre Bibring, del Instituto de Astrofísica Espacial de Francia.

“Ahora sabemos que el cometa está compuesto principalmente de gránulos de materia orgánica –moléculas inertes con carbono y nitrógeno– formadas antes incluso de la formación del propio cometa”.

“Estamos convencidos de que fueron esos tipos de gránulos los que posteriormente tuvieron la posibilidad de viajar y sembrar nuestros océanos”, asegura Bibrin.

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