BRUSELAS.- El Parlamento Europeo (PE) celebró hoy una conferencia en un idioma poco habitual en la «Babel» europea, el lenguaje de signos, una iniciativa respaldada por 65 parlamentarios que busca lograr su reconocimiento en las instituciones comunitarias.
«Los 31 lenguajes de signos que existen en la Unión Europea (UE) son parte nuestra riqueza lingüística, y esa diversidad debe ser reconocida», afirmó la eurodiputada belga Helga Stevens, la única representante de la Eurocámara con esta discapacidad junto con el húngaro Ádám Kósa.
Stevens, quien siempre acude a las sesiones acompañada de su intérprete, reclamó lo que considera «un derecho» de un colectivo que representa a alrededor de un millón de personas en toda la Unión Europea (UE).
Aunque algunos Estados miembros ya interpretan el lenguaje de signos durante los debates políticos, como es el caso de España o Finlandia, Stevens lamentó que durante su mandato como diputada en el Parlamento belga fracasara en el intento de reconocerlo en el ámbito parlamentario.
«El sistema político no va a proporcionar por sí mismo ese derecho a las personas con esta discapacidad, la iniciativa debe partir de la sociedad civil», defendió.
El líder de los Conservadores y Reformistas en el PE, el británico Syed Kamall, cuyo hermano es sordomudo, defendió que la iniciativa afecta también a «todos los familiares de este colectivo y a otros 51 millones de personas con dificultades auditivas».
«Debemos garantizar que los niños y jóvenes sordomudos tengan las mismas oportunidades», subrayó.
El presidente del Foro Europeo de Discapacidad, Ioannis Vardakastanis, calificó la iniciativa como «un gran acontecimiento y el primer paso para el reconocimiento incondicional del lenguaje de signos».
También acudieron a la conferencia intérpretes y profesores universitarios, como el británico Christopher Stone, quien imparte clases de interpretación en lenguaje de signos en la Universidad de Hamburgo.
«Más allá de los debates políticos, las personas sordomudas necesitan acceso a la sociedad civil, a la cultura y a la educación», afirmó.
Actualmente hay en la UE alrededor de 6,500 intérpretes en lenguaje de signos, una cifra «insuficiente», según Stone, para garantizar «su acceso a todos los ámbitos de la sociedad».
El presidente de la Fundación Mundial de Sordomudos, Markku Jokinen, reclamó que «los mismos servicios que se ofrecen en lenguas habladas deben proporcionarse en lenguaje de signos».
«Estas personas están en la sombra», lamentó.
Una de las dificultades de introducir el lenguaje de signos en las instituciones es que no existe una única lengua, sino que, en función del país, las señas empleadas son distintas -solo en la UE hay 31 variedades-, lo que implicaría una clara dificultad para los intérpretes de las instituciones, donde ya hay 24 lenguas habladas oficiales.