EDIMBURGO/Reino Unido.- La ministra principal de Escocia, Nicola Sturgeon, afirmó hoy que es «obvio» que la jefa de Gobierno británico, Theresa May, no ha conseguido «unir a su gabinete» en torno al principio de acuerdo para el «brexit» y que lo tendrá difícil para lograr la aprobación del Parlamento.
«Es obvio que la primera ministra apenas puede unir a su gabinete en torno a este acuerdo y también está cada vez más claro que tendrá dificultades para obtener una mayoría en el Parlamento», dijo Sturgeon en declaraciones recogidas por la BBC.
May confirmó que el pacto técnico ha logrado el aval de su gobierno en una comparecencia a las puertas de Downing Street, la residencia oficial de la primera ministra, que siguió a la reunión de más de cinco horas del consejo de ministros.
Sin embargo, según la prensa local, alrededor de diez ministros, un tercio del gabinete, habría mostrado su disconformidad con el acuerdo, que fue publicado minutos después de la comparecencia de la «premier».
Sturgeon reiteró que, teniendo en cuenta «estas circunstancias», cuando el pacto se someta a la aprobación de la Cámara de los Comunes, «es más importante que nunca» que los diputados no se enfrenten a «la elección falsa» de tener que decidir «entre un mal acuerdo y ningún acuerdo».
«Nadie debe ser efectivamente chantajeado para elegir entre una sartén ardiendo o el fuego», apuntó.
La jefa del Partido Nacionalista Escocés (SNP) reiteró que el acuerdo «es malo para Escocia» porque supone su salida del mercado único, que es «ocho veces mayor que el mercado del Reino Unido», lo que representa «una gran amenaza para el empleo, la inversión y los estándares de vida».
«Nuestra línea roja, a falta de poder continuar como miembros de la UE, es la membresía permanente en el mercado único y la unión aduanera», sostuvo.
May anunció que acudirá mañana a presentar el acuerdo ante el Parlamento, que en las próximas semanas votará si acepta lo pactado.
El documento difundido, un acuerdo a nivel técnico entre las partes, incluye una salvaguarda para evitar el restablecimiento de una frontera entre las dos Irlandas después de que el Reino Unido abandone el bloque comunitario, previsiblemente en marzo de 2019.
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