JARTUM.- La Junta Militar, envió al depuesto presidente de Sudán, Omar al Bashir, a la cárcel de Kobar, donde se encuentra en aislamiento y bajo una fuerte vigilancia, según han asegurado fuentes de su entorno más próximo y del citado centro penitenciario.
Mientras tanto, el nuevo régimen militar, con el general Abdel Fattah al Burhan a la cabeza, despliega una intensa actividad diplomática para recabar apoyos externos; el primero le llega de su vecino Egipto, mientras hace frente a la presión de miles de manifestantes que continúan movilizados y exigen el traspaso del poder a un consejo civil de transición.
El ingreso en prisión de Al Bashir, de 75 años, derrocado el pasado 11 de abril en un golpe de Estado protagonizado por su propio Ejército tras cuatro meses de manifestaciones, se produce después de que el general Al Burhan prometiera “eliminar las raíces” del régimen que gobernó el país durante 30 años.
Sin embargo, los militares en el poder ya anunciaron que rechazan la entrega de Al Bashir a la Corte Penal Internacional, que pretende juzgarle por crímenes de guerra y contra la humanidad por la muerte de decenas de miles de civiles en Darfur.
En los últimos días, el Consejo Militar de Transición, que pretende ostentar el poder durante dos años, intenta ganarse el favor de los manifestantes que continúan movilizados en torno al cuartel general de las Fuerzas Armadas en una concentración que dura ya 12 días.
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Apenas 24 horas después de la caída de Al Bashir, el vicepresidente del antiguo régimen y ministro de Defensa, el general Awad Ibn Awf, se veía obligado a dimitir como presidente de la junta militar debido al rechazo de los ciudadanos.
Desde entonces es Al Burhan, un general hasta ahora desconocido para la mayoría, quien lleva las riendas del país. (ECHA- Agencias)