Sylvia Alcázar Alay: una científica que apuesta por la economía circular

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Es perseverante. Sylvia Carolina Alcázar Alay ingresó a la universidad antes de terminar el colegio. Quiso ser microbióloga, pero optó por ser ingeniera de alimentos. Hoy es investigadora principal de un proyecto financiado por Concytec, que demuestra que la granada es un importante complemento en la alimentación y un insumo para la industria cosmética.

Cuando terminó la escuela, Sylvia dijo a los cuatro vientos que quería ser bailarina y dedicarse al teatro, sus padres escucharon sonrientes el deseo de su tierna hija; pero fue su progenitora la que con una frase rotunda la trajo a la realidad: “Serás lo que quieras, pero primero me estudias una profesión”.

Sus bailes de flamenco y su sueño de ser actriz quedaron en la bandeja de pendientes y sin más postuló a la Universidad Nacional Jorge Basadre Grohmann de Tacna, para ser microbióloga. “Me imaginaba desarrollando investigaciones sobre el ADN en la NASA y quería diferenciarme de algunos miembros de mi familia que habían elegido la carrera de Ingeniería de Alimentos”, manifiesta.

Dos años duró su empeño por construir su perfil, porque una crisis vocacional alteró sus convicciones y tuvo que aceptar que, a pesar de que la microbiología le había dado base científica y le gustaba trabajar en el laboratorio, no se veía el resto de su vida desempeñando una labor naturalmente solitaria.

Y como de casta le viene al galgo, se trasladó a la carrera de Ingeniería de Alimentos que su hermano mayor, su tío paterno y un primo, también habían elegido. Los años siguientes fueron de mucho estudio, afirma Sylvia, tanto que logró formar parte del quinto superior en esa importante casa de estudios.

Economía circular

Actualmente es la investigadora principal del proyecto, Extracción y Fraccionamiento de Biocompuestos de Granada que se inició el 2019, y forma parte de otro como investigadora invitada, llamado Granos Andinos en Panificación, Granpan, que empezó el 2020. Ambas iniciativas fueron financiadas por Concytec, por medio de su unidad ejecutora, Pro ciencia, y el apoyo del Banco Mundial.

Si bien ambos proyectos son de investigación aplicada y están en etapa de cierre, el relacionado con la granada cobra especial interés porque se inserta en una tendencia mundial: la economía circular.

Gracias al uso de tecnología amigable con el ambiente, esta científica de raíces tacneñas ha obtenido de la semilla de granada un aceite rico en omega 5 y de las cáscaras un extracto de antioxidantes maravilloso que conserva las células jóvenes y puede usarse en la dermocosmética. Sylvia le ha sacado el jugo a la bendita fruta.

“La economía circular motiva a las industrias a dejar de producir residuos que muchas veces botan o queman. Ambos extractos de la granada son de alto valor comercial para la industria de alimentos, química, cosmética y farmacéutica. Me gustaría que este proyecto se convierta en uno de tecnología e innovación”, comenta.

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Mujer científica

Para Sylvia ser mujer científica en el Perú es una forma de vida incomprendida. Reconoce que las universidades no invierten en investigación, ciencia y tecnología, eso lo hacen otras en la región como la Universidade Estadual de Campinas (Unicamp), Brasil, en donde tomó conciencia de lo limitada que podía ser su profesión si no dejaba su querida y pequeña Tacna.

“Aprendí mucho en Unicamp, un lugar lleno de conocimiento. Aprendí a generar proyectos y entendí que las mujeres necesitamos abrirnos al mundo para crecer. Me gustaría ver a más chicas, sobre todo de provincias, en carreras científicas. Ser mamá y hacer ciencia no es fácil, ambas te exigen exclusividad. Es sacrificado, pero vale la pena”.

Fuente: Andina

 

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