MADRID (España).- Con la llegada del periodo vacacional muchas personas dejan su primera residencia y se desplazan a su lugar habitual de veraneo, ya sea para descansar o para aprovechar el buen tiempo y trabajar a distancia desde allí. En ocasiones, ese cambio implica también tener que soportar una cobertura Wi-Fi mucho peor que la que normalmente tienen en su hogar.
Para lograr sacarle el máximo partido a la conexión inalámbrica y que, pese a sus limitaciones, esta permite trabajar, además de disfrutar del entretenimiento en ‘streaming’ y videollamadas de alta calidad sin saltos ni interrupciones, los expertos de Devolo lanzan cinco sencillos consejos que pueden «ayudar a poner en plena forma el WiFi vacacional».
En primer lugar, recomiendan realizar un breve chequeo de la red WiFi del lugar. Los usuarios de Internet se dan cuenta con mucha rapidez de si su cobertura WiFi es buena o mala, pero se puede hacer un análisis un poco más detallado. Los expertos recomiendan para ello la herramienta Ookla Speedtest, una aplicación que permite comprobar fácilmente la velocidad del WiFi en todas las habitaciones de la casa desde un smartphone o una tablet para, de esta forma, encontrar los «agujeros negros de WiFi».
La posición del router y su antigüedad
Si en el análisis se detecta que el WiFi es demasiado lento o la conexión se interrumpe a menudo, el problema suele ser el alcance. «Muchas casas tienen el router situado en un rincón, detrás de una maceta o, peor aún, en el sótano», explican los expertos. Una posición centrada y ligeramente elevada es perfecta para un router: por ejemplo, encima de un mueble, o en un armario en el centro de un piso.
El router no debería tener objetos enfrente o al lado que bloqueen su señal y en el caso de tener antenas externas los usuarios pueden colocarlas en distintos ángulos, de manera que prueben en qué posición logran mejorar la conexión.
Otro problema habitual con el que se encuentran los expertos en las segundas residencias es que el router es demasiado antiguo. Si se tiene que sustituir, el nuevo modelo «debería ser compatible con WiFi 5 (WiFi ac) o incluso WiFi 6″. Ambos estándares son considerablemente más rápidos que el WiFi 4. Además, una parte de Wi-Fi 4, que usa la banda 2,4 GHz, está muy sobrecargada en las grandes zonas urbanas. Por lo tanto, el WiFi puede ganar velocidad si se cambia a la banda de 5 GHz del modelo WiFi 5 o WiFi 6.
Repetidores o uso de internet desde el enchufe
En un piso grande o en una vivienda unifamiliar, entre el router y los dispositivos que requieren la conexión a Internet pueden existir grandes distancias, muros o incluso techos de hormigón armado. Todos esos obstáculos actúan como freno para el WiFi, que se vuelve cada vez más lento y, en el peor de los casos, puede dejar de funcionar.
Un repetidor WiFi es útil en distancias más cortas, como podría ser de una habitación a otra. «Sin embargo, no es tan adecuado en grandes espacios, ya que los repetidores también utilizan la red WiFi para transmitir datos entre ellos», aclaran desde Devolo, indicando que existe una «solución técnica ideal» para las largas distancias.
En este sentido, explican que los adaptadores Powerline son «la solución todo en uno para un WiFi perfecto». El truco está en usar el tendido eléctrico de la casa como un largo cable de datos. La ventaja es que las paredes, los techos de hormigón armado e incluso la calefacción por suelo radiante dejan de resultar un obstáculo porque se está usando una conexión basada en el cableado.
«Los adaptadores WiFi Powerline crean un punto de acceso rápido en cualquier toma de corriente», añaden los expertos, que también destacan su fácil instalación: «se enchufa, se espera un poco y ya se puede navegar». Los modelos actuales combinan la tecnología WiFi Mesh (o de malla) con la tecnología Powerline más rápida. Es el caso de devolo Magic 2 WiFi 6, que ofrece una velocidad máxima de 2,400 Mbps vía Powerline, además de WiFi Mesh, garantizando así «una red inalámbrica y estable en toda la casa».
Fuente Europa Press / foto Twitter