La franquicia Terminator siempre ha sido querida por los aficionados a la ciencia ficción, no solo por las icónicas películas dirigidas por James Cameron, sino también por contribuciones menos reconocidas como la serie Terminator: Las crónicas de Sarah Connor y la subestimada Terminator 3.
Sin embargo, las secuelas más recientes como Salvation, Génesis y Destino Oscuro han tenido dificultades para encontrar el equilibrio correcto, y a menudo se han visto atrapadas en la repetición de los personajes clásicos (John Connor, Sarah Connor y el Terminator de Arnold Schwarzenegger) con resultados variados.
En este contexto, Terminator Zero, la nueva serie de anime estrenada por Netflix el 29 de agosto (una fecha significativa, recordemos, el Día del Juicio en 1997), toma una dirección audaz al distanciarse de la fórmula original y presentarse como una especie de secuela-reboot. Aunque el intento de revitalizar la franquicia es loable, el resultado es una serie entretenida pero que no alcanza a ser una revolución total.
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Terminator Zero explora los primeros días de la guerra entre humanos y máquinas, profundizando en los orígenes de Skynet y el desarrollo inicial de los Terminators. La serie se mueve entre el futuro, donde se envía un Terminator al pasado para eliminar un obstáculo clave, y un Japón alternativo del pasado, donde los robots son parte común de la sociedad. Este enfoque ofrece algunas ideas originales, como las dificultades de los visitantes del futuro para encontrar armas en un Japón no estadounidense.
A pesar de un comienzo prometedor, con intrigas y giros en la trama que mantienen el interés, la serie se enfoca en diálogos filosóficos entre un científico y Kokoro, una inteligencia artificial. Aunque estas conversaciones buscan profundizar en la humanidad y la amenaza de Skynet, a menudo caen en lugares comunes y resultan algo superficiales. A nivel visual, Product I.G. (responsable de Ghost in the Shell) cumple con creces, ofreciendo una experiencia visualmente atractiva, aunque el ritmo de la serie se ve afectado por la acumulación de acción y giros de guión en los episodios finales.
A pesar de sus fallos, Terminator Zero es una adición refrescante a la franquicia que evita la trampa de los guiños constantes a las entregas anteriores, algo que a veces ha limitado otras producciones de franquicias establecidas. Con una apertura para una posible segunda temporada, la serie deja claro que tiene potencial para evolucionar y ofrecer una experiencia aún mejor en el futuro. La espera para ver cómo se desarrolla la trama, y si logrará consolidarse como una serie digna dentro del universo Terminator, promete ser interesante.
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