“¡Soy un luchador social! ¡Que la historia me juzgue!”, le dijo en tono desafiante el senderista Juan Santos Romero al jefe de la Dirección Contra el Terrorismo (Dircote), coronel PNP Max Anhuamán Centeno, cuando lo confrontó en la casa donde había sido detenido, en el distrito La Esperanza, en Trujillo, detalla una investigación publicada por La República.
Según el reportaje, Santos, quien se hace llamar ‘JJ’, el mismo “nombre de combate” que usaba cuando fue arrestado por primera vez, en 1993, fue sorprendido en su cama. Al ver a los agentes antiterroristas, trató de intimidarlos. También al fiscal, al momento en que este le dijo que estaba detenido por una orden judicial por su filiación a la organización terrorista Sendero Luminoso.
“¡A mí no tienen por qué esposarme!”, gritó Juan Santos a la fiscal Ketty Garibay Mascco, especializada en delitos de terrorismo.
De acuerdo al perfil psicológico elaborado por la policía antiterrorista, Juan Santos Romero es una persona manipuladora, que tiene facilidad para establecer contactos interpersonales y persuadir a terceros.
Nuestra lucha contra el terrorismo no acaba | Gracias a la efectiva labor de inteligencia de la @PoliciaPeru, fueron capturados siete miembros del grupo “Libertad Transformadora”, acusados de adoctrinar a niños, jóvenes y adultos con ideología subversiva.#PorUnPaísSeguro pic.twitter.com/8hSnfag8uP
— Ministerio del Interior 🇵🇪 (@MininterPeru) October 24, 2023
En 1993 Juan Santos, quien cumplió 12 años de cárcel por haber pertenecido a una columna terrorista en Cajabamba (Cajamarca), asesinó a 5 personas, a las que acusó falsamente de “soplones”.
El terrorista cumplió condena en 2009, pero el encierro lo radicalizó mucho más y, una vez en la calle, se vinculó estrechamente al Movimiento por la Amnistía y Derechos Fundamentales (Movadef), el aparato de fachada de Sendero Luminoso para sus actividades proselitistas, incluyendo la captación de nuevos militantes.
“Durante las pesquisas de la policía antiterrorista, se encontraron fotografías de Juan Santos Romero junto con Nora Alva Alfaro y Nastia del Pozo Ramírez, de comprobada pertenencia al Movadef. Esto es indicativo de que Santos, tras salir de prisión, se relacionó rápidamente con el Movadef para reanudar sus actividades senderistas, entre las que se encontraba el adoctrinamiento de menores de edad”, refiere la investigación.
(JA)
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