Las trabajadoras sociales del Instituto Nacional de Salud Mental representan un soporte psicosocial importante para las familias de los pacientes afectados por la crisis económica que ha causado la pandemia del covid-19.
La jefa del Departamento del Servicio Social del Instituto Nacional de Salud Mental, Nancy Paye Sánchez, indicó que la población vulnerable con la que trabajan además de los problemas de salud mental soporta incertidumbre y temor de que el covid-19 alcance sus hogares y los empobrezca.
Paye Sánchez informó que el Instituto Nacional de Salud Mental dispone de 16 trabajadoras sociales en salud mental que han encontrado a varios familiares de los pacientes sin trabajo, con dificultades para satisfacer las necesidades básicas o con problemas de violencia familiar.
“Esta coyuntura es un reto para las trabajadoras sociales, pues en estos momentos las familias presentas varios problemas que son necesarios atender para no alterar la recuperación del paciente que ya tiene dificultades en su salud mental”, expresó.
Las trabajadoras sociales generan redes sociales de apoyo debido a que enlazan a la familia con el Ministerio de la Mujer, la Fiscalía de la Familia, el Ministerio de Inclusión Social y otras entidades públicas o de la sociedad civil.
La funcionaria manifestó que desde que se declaró el estado de emergencia, el Instituto Nacional de Salud Mental ha realizado 464 atenciones en forma virtual y presencial. Además, ante la perdida de uno a más miembros en la familia ofrecen soporte social durante la crisis o duelo con el fin de ayudar a enfrentar ese difícil momento.
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