WASHINGTON/EEUU.- Representantes del Partido Republicano en el Congreso acusaron este martes al príncipe heredero saudí, Mohamed bin Salmán, de estar detrás del brutal asesinato del periodista, Jamal Khashoggi, tras recibir información de primera mano de la directora de la CIA, Gina Haspel.
“Si el príncipe se presentase ante un jurado, estaría condenado en 30 minutos», afirma el senador Bob Corker después de recibir información de Gina Haspel.
“Hay que estar ciego”, opinó por su parte el senador Lindsey Graham, para no ver que el príncipe saudí “está totalmente involucrado” en el crimen.
Estas acusaciones, en las que no dejan espacio a la duda, muestran una fractura total con la Administración de Donald Trump, que insiste en exculpar Riad, gran socio económico de Estados Unidos.
Khashoggi, un colaborador de The Washington Post que residía en Virginia, era muy crítico con el régimen saudí. El 2 de octubre acudió al consulado de su país en Estambul para unos trámites relacionados con su futuro matrimonio con una mujer turca y nunca salió de allí, al menos, con vida.
El senador republicano, Bob Corker , no dudó de la culpabilidad del príncipe heredero de Arabia Saudita, Mohamed bin Salman, en el asesinato del periodista Jamal Khashoggi, tras recibir información confidencial de la CIA.
Riad estuvo dando versiones diferentes hasta que tres semanas después admitió que el escritor había muerto en las instalaciones de la legación diplomática, a manos de unos agentes que habrían actuado por libre.
Sin embargo, las investigaciones de la CIA, cuyas conclusiones fueron difundidas el 17 de noviembre por la prensa estadounidense, apuntaban a que el heredero saudí había ordenado la muerte.
No obstante el presidente de EEUU, Donald Trump, y el el secretario de Estado, Mike Pompeo, insistieron desde entonces en que no había pruebas concluyentes y que no había forma de acusar al régimen. (ECHA – Agencias)
Lindsey Graham es otro de los congresistas republicanos que condena al príncipe saudita por el crimen d Khashoggi mientras el presidente Donald Trump aduce que «no hay pruebas concluyentes».