FRANCIA/Estrasburgo.- El Tribunal Europeo de DDHH condenó este martes a Rusia por discriminación y vulneración de la libertad de expresión por la llamada «ley de propaganda gay», que prohíbe la promoción de la homosexualidad.
Tres activistas homosexuales condenados por faltas y sanciones diversas llevaron el caso a Estrasburgo y ahora Rusia tendrá que indemnizarles con 43,000 euros por daños morales tras el fallo, que contó con el voto contrario del juez ruso, Dmytri Dedov.
La sentencia concluye que la citada ley «no define claramente los límites y su aplicación ha sido arbitraria» y añade que «no sirvió a ningún interés público legítimo», sino que, al contrario, reforzó el estigma y prejuicio y alentó la homofobia».
Además, rechaza los argumentos gubernamentales que justifican la restricción de la libertad de expresión sobre las relaciones entre personas del mismo sexo «para proteger la moral, la salud y los derechos de los menores», por ser «contraproducentes».
La ley que prohíbe la «propaganda gay» es, según la Corte europea, «incompatible con los valores de igualdad, pluralismo y tolerancia de una sociedad democrática».
Los tres demandantes, Nikolay Bayev, Aleksey Kiselev y Nikolay Alekseyev, de entre 37 y 47 años, organizaron manifestaciones entre el 2009 y 2012 en las que exhibieron pancartas que decían que «la homosexualidad es natural/normal y no una perversión».
Su potencial exposición ante menores fue decisiva al ser condenados por los tribunales internos por faltas administrativas.
El fallo del TEDH recuerda que los lugares de las protestas, como el Ayuntamiento de San Petersburgo, «no están especialmente reservados a menores», por lo que «cualquier lugar puede suponer una infracción».
El Tribunal Constitucional ruso rechazó los recursos por el daño potencial de «crear una impresión deformada de la equivalencia social entre las relaciones conyugales tradicionales y no tradicionales».
Dedov lamentó en su opinión disidente que el Consejo de Europa favorezca las relaciones sexuales no tradicionales, «que afectan a menores y su inmadurez, las convicciones religiosas y filosóficas de los padres, las tradiciones nacionales o la maternidad». (ECHA – Agencias)