WASHINGTON/EEUU.- El presidente de EEUU, Donald Trump, firmó hoy un decreto para terminar con lo que calificó de «clamoroso abuso» del poder del gobierno federal en la designación de monumentos nacionales para proteger áreas terrestres o marinas.
Trump se desplazó hasta la sede del Departamento de Interior para firmar esta nueva orden ejecutiva, con la que busca que su gobierno revise la designación de decenas de monumentos nacionales en los últimos 20 años, aunque no está claro si como presidente tiene el poder de retirarles la protección si así lo decide.
Los monumentos nacionales son áreas terrestres o marinas protegidas que, a diferencia de los parques nacionales, pueden crearse sin el visto bueno del Congreso, con la simple orden del presidente de EEUU, de acuerdo con una ley de 1906.
Según denunció hoy Trump en un breve discurso antes de firmar su orden, gobiernos anteriores han usado esa ley de 1906 para poner «unilateralmente» millones de kilómetros cuadrados de tierra y agua «bajo estricto control federal».
Y ese control, de acuerdo con Trump, ha servido para «eliminar la capacidad de las personas que realmente viven» en esas zonas protegidas de «decidir» la mejor forma de utilizarlas.
«Hoy estamos poniendo a los estados de nuevo a cargo» y dando fin a «otro clamoroso abuso del poder federal», aseguró el mandatario.
Trump criticó particularmente a su predecesor en la Casa Blanca, Barack Obama, por su designación de nuevos monumentos nacionales, con los que protegió durante sus ocho años de mandato más de 1,07 millones de kilómetros cuadrados de tierras y agua, más que ningún otro presidente de la historia de Estados Unidos.
Esos 1,07 millones de kilómetros cuadrados equivalen a una superficie mayor a la del estado de Texas, según enfatizó Trump.
Ese récord de Obama estuvo impulsado por la creación en septiembre de 2016 de la mayor área marina protegida del mundo, al multiplicar por cuatro la extensión del Monumento Nacional Papahanaumokuakea, ubicado en el archipiélago de Hawai.
Además, en diciembre Obama creó una polémica área protegida en el estado de Utah denominada Bears Ears.
Ese monumento, que abarca 5,463 kilómetros cuadrados de recursos naturales y arqueológicos, fue muy criticado por varios legisladores que representan a Utah en el Congreso y opinan que, en todo caso, dicho territorio debió haberse protegido mediante una ley.
Trump recordó hoy precisamente las «profundas objeciones» que tienen los ciudadanos de Utah sobre ese monumento.
La ley de 1906 «no da al gobierno federal poder ilimitado para encerrar millones de acres de tierra y agua, y es hora de que terminemos con esta práctica abusiva», declaró el presidente.
Asimismo, aseguró que ha hablado con «muchos líderes estatales y locales» que quieren preservar la riqueza natural de EEUU pero «están seriamente preocupados por esta masiva toma federal de tierras».
La revisión ordenada por Trump cubrirá «entre 24 y 40 monumentos» que fueron designados a partir de enero de 1996 y que ocupan un mínimo de 40,500 hectáreas, según adelantó este martes a los periodistas el secretario de Interior de EEUU, Ryan Zinke.
. Monumento Nacional Papahanaumokuakea, ubicado en el archipiélago de Hawai.
Algunos expertos consideran que la ley de 1906 que permite a los presidentes de EEUU designar monumentos nacionales, no les concede el poder de retirarles esa protección o reducir significativamente su tamaño.
«No está claro todavía si el presidente puede hacer eso (retirar la designación)», reconoció Zinke, pero pidió esperar a que se complete la revisión para abordar esa posibilidad.
La orden da a Zinke 45 días para hacer un primer informe y un total de 120 para presentar a Trump un estudio definitivo con recomendaciones sobre qué hacer con los monumentos nacionales designados en las últimas dos décadas, muchos de ellos durante la presidencia de Obama.
Durante la campaña electoral, Trump se mostró partidario de promover un aumento de las prospecciones petroleras marítimas y terrestres en áreas controladas por el Estado.
Para la organización Sierra Club, el principal grupo medioambiental de Estados Unidos, la revisión ordenada por Trump revelará lo mismo que estudios, encuestas y sondeos: «un aprecio profundo y extenso por los parques, monumentos y otros terrenos públicos, y el convencimiento popular de que deben seguir existiendo».
El director ejecutivo del Sierra Club, Michael Brune, detalló en un comunicado que los espacios naturales protegidos impulsan la economía de actividades al aire libre, que mantiene 7.6 millones de empleos y genera 887,000 millones de dólares anuales en gastos de consumo.
EFE/Foto: taringa.net