WASHINGTON.- Después de varios días de amenazas no muy veladas el presidente Donald Trump suavizó hoy su discurso sobre una posible acción militar contra Siria en respuesta al presunto ataque con armas químicas en Duma este pasado sábado, en el que fallecieron al menos 43 personas.
El primero en dar un paso atrás fue el propio Trump, quien a primera hora del día utilizó su cuenta personal de Twitter para matizar sus palabras con las que, este mismo miércoles, insinuaba que un ataque sobre Siria era inminente.
«Nunca he dicho cuándo se producirá el ataque a Siria. Podría ser muy pronto o no tan inmediato«, afirmó Trump en su red social favorita.
No obstante, horas más tarde el presidente puntualizó, durante un encuentro sobre comercio y agricultura que tuvo lugar en la Casa Blanca, que se tomarán «decisiones bastante pronto» acerca de Siria.
«Veremos qué pasa. Estamos analizando la situación de manera muy seria. Es muy complicado que el mundo nos ponga en una situación como esa», agregó sin ofrecer más detalles.
En similar sentido se expresó hoy el secretario del Departamento de Defensa, James Mattis, quien durante una audiencia del comité de Servicios Armados de la Cámara de Representantes reconoció que, aunque cree que «se produjo» el ataque, aún se están «buscando las pruebas» que permitan tomar una decisión.
Mattis opinó que estas pruebas sólo se podrán obtener si el gobierno del presidente sirio Bachar al Asad autoriza una investigación por parte de los inspectores de la Organización para la Prohibición de Armas Químicas (OPAQ), la cual podría producirse en el plazo de una semana.
En todo caso, insistió el jefe del Pentágono, esta investigación sólo se podrá realizar si cuenta con el beneplácito de las autoridades sirias y difícilmente podrá determinar la autoría del posible ataque.
Precisamente, fuentes del Ministerio de Exteriores sirio han asegurado hoy que se le han ofrecido todas las facilidades a la OPAQ para que lleva a cabo dicha investigación.
Mattis informó a los congresistas que a lo largo del día el presidente Trump, quien «todavía no ha tomado una decisión» definitiva sobre el asunto, se reunirá con el Consejo de Seguridad para evaluar la situación y las posibles opciones.
Estas afirmaciones contrastan con el tono beligerante adoptado por el mandatario desde el pasado domingo, apenas un día después de que decenas de personas fallecieran en Duma con «síntomas relacionados con una exposición a químicos altamente tóxicos», según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
A lo largo de la semana, el discurso de Trump, elaborado en gran medida mediante la concatenación de sus ya habituales tuits, fue ‘in crescendo’.
El domingo Trump calificó de «atroz» el ataque y acusó a Irán y a Rusia de connivencia con el «animal (Bachar al) Assad», el lunes declaró que se tomaría «entre 24 y 48 horas» para sopesar las posibles represalias y, finalmente, el miércoles avisó al Kremlin de que golpearía a Siria con sus misiles «suaves y nuevos e ‘¡inteligentes!'».
En realidad, tal ha sido la celeridad con la que se han sucedido las amenazas del comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas estadounidenses que en algunos momentos parecieron pillar a trasmano al propio gobierno.
Ayer mismo, después de que Trump retara al Kremlin con el lanzamiento de sus misiles, Mattis aseguró que el Pentágono estaba preparado para «proporcionarle al presidente la respuesta militar que determine», pero reconoció que aún se estaban «recabando informes de inteligencia» sobre los detalles del ataque.
Incluso la Casa Blanca tuvo que salir al paso para negar que el presidente se hubiera marcado una «ventana de tiempo» para ordenar un ataque contra el gobierno del presidente Al Asad y aseguró que pese a que ya se habían cumplido las 48 horas de plazo establecidas por Trump aún se contemplaban «todas las opciones».
«Existe una preocupación táctica porque estamos tratando de evitar la muerte de inocentes», concedió hoy Mattis.
EFE/Foto: diariochaco.com