ANKARA.- El diario crítico Zaman, confiscado y puesto bajo control del gobierno el pasado viernes, ha salido hoy a los quioscos con una línea editorial totalmente distinta y favorable ahora al Ejecutivo y al presidente del país, el islamista Recep Tayyip Erdogan.
Si en la edición del sábado el diario mostró una primera plana negra con el mensaje «La Constitución suspendida», en protesta por la confiscación, la portada de hoy se refiere a una ceremonia oficial sobre la construcción del tercer puente sobre el Bósforo en Estambul y el titular «Histórica excitación en el puente».
Otra historia de portada muestra una foto de Erdogan y anuncia que el presidente ofrecerá una recepción en el Palacio Presidencial con motivo del Día de la Mujer.
Además, aparece una nota sobre la posible retirada de la inmunidad parlamentaria a diputados kurdos, una medida defendida por Erdogan.
En la página web del diario aparece sólo el mensaje «Pronto volveremos con noticias de calidad y neutrales», mientras que la versión en inglés del diario, Today’s Zaman, permanece sin cambios desde ayer.
Hasta su intervención el viernes por orden judicial a petición de la Fiscalía, el diario tenía una línea dura contra el gobierno, criticando tanto la marcha de la economía, la política exterior en Siria o los ataques a la libertad de prensa.
A Abdulkadir Bilici, redactor jefe del diario, no se le permitió ayer el acceso a la redacción y fue informado por la Policía que custodia el edificio de que su contrato ha expirado.
Zaman ha sido puesto bajo control de un equipo de administradores designados por el Ejecutivo.
La Policía, que irrumpió el viernes por la noche en la sede del diario en Estambul, ha utilizado ya dos veces gas lacrimógeno y cañones de agua para dispersar a los lectores y simpatizantes que se habían concentrado para protestar por la confiscación.
La intervención del diario se ha justificado en su supuesta relación con la red del predicador islamista Fetullah Gülen, al que el Ejecutivo acusa de intentar crear un «Estado paralelo» usando su influencia en la judicatura y la Policía.
El movimiento de Gülen fue un estrecho aliado de Erdogan hasta 2013, cuando los medios afines al predicador se sumaron a las acusaciones de corrupción contra el entonces primer ministro y desde el gobierno se le acusó de ser un movimiento terrorista que busca derrocar al Ejecutivo.
EFE/Fotos: agencias