BRUSELAS.- El alto representante para la Política Exterior de la UE, Josep Borrell, mostró este viernes su firme oposición a la decisión del Departamento de Justicia de Estados Unidos de reanudar la pena de muerte federal después de una pausa de 17 años.
«Instamos a la administración de los Estados Unidos a que reconsidere y no proceda con las ejecuciones federales que se realizarán a partir del 13 de julio», subrayó Borrell en un comunicado, en el que aseguró que esta decisión «va en contra de la tendencia general en los Estados Unidos y en todo el mundo de abolir la pena de muerte, ya sea por ley o en la práctica».
El próximo 13 de julio está previsto que tenga lugar la primera ejecución desde 2003, después de que a finales de junio el Tribunal Supremo de EE.UU. se negara a bloquear la ejecución de cuatro presos de cárceles federales que están programadas para julio y agosto, y que se convertirán en las primeras muertes dictadas a nivel federal desde hace 17 años que se hacen efectivas.
Los jueces de la máxima instancia judicial del país rechazaron, sin emitir ningún comentario, la apelación de estos cuatro reclusos que fueron condenados por matar a menores.
Esta resolución llegó después de que el fiscal general de EE.UU., William Barr, ordenara el año pasado al Buró Federal de Prisiones que reanudara el programa de ejecuciones.
La última ejecución federal se produjo en 2003 y actualmente hay 62 presos condenados a la pena capital por el Gobierno federal, según el Centro de Información sobre la Pena de Muerte (DPIC, por sus siglas en inglés).
«La UE se opone firmemente a la pena de muerte en todo momento y en todas las circunstancias», expresó Borrell, quien calificó esta pena de «castigo cruel, inhumano y degradante, incompatible con el derecho inalienable a la vida».
Según el alto representante, la pena de muerte «no proporciona disuasión efectiva a la conducta delictiva y es irreversible».
«La Unión respalda firme e inequívocamente a las víctimas de delitos y sus familias», aclaró Borrell, quien, no obstante, subrayó su apoyo a la aplicación de «castigos efectivos y no letales» y anunció que la UE «continuará trabajando hacia una abolición universal de la pena de muerte». EFE