Davis aseguró recientemente que, con el objetivo de favorecer el desarrollo de las conversaciones y la firma de un acuerdo final, su país está dispuesto a aceptar la propuesta del bloque de poner fin en diciembre de 2020 al plazo de adaptación tras la salida.
El titular indicó que la prioridad de Londres es llegar a un consenso sobre ese período para poder avanzar en los diálogos sobre las relaciones futuras con Bruselas, tema principal de la segunda fase de negociaciones entre ambas partes.
La primera ministra Theresa May había solicitado al menos dos años para el reajuste de las empresas y su gobierno, pero Barnier descartó esa posibilidad y señaló que una transición abierta, sin una extensión definida, no es factible.
De acuerdo con la posición de Bruselas, desde la partida del Reino Unido en marzo de 2019 hasta finales de 2020, se continuarán aplicando en esa nación las normas de la UE, pero la misma dejará de participar en las instituciones y en el proceso de toma de decisiones.
El negociador europeo recordó que existen diferencias en aspectos como las condiciones y dimensión de esa etapa y señaló que el bloque no permitirá el incumplimiento de las reglas establecidas ni hará concesiones a un solo Estado.
También indicó que la UE no está de acuerdo con la decisión de Londres de ofrecer tratamientos diferentes a los ciudadanos europeos que ingresen a ese país antes y después del brexit.