El inmunógeno consiste en células dendríticas desencadenantes de la respuesta inmune, procedentes de la propia sangre de la paciente, expuestas a material tumoral que puede entrenar a las células T para identificar los tumores e infiltrarse en ellos, señalaron los autores en el sitio Eurekalert.
Las 25 mujeres que recibieron la inyección acompañada con uno o dos medicamentos de quimioterapia (bevacizumab y ciclofosfamida) manifestaron una tasa de supervivencia del 78 por ciento en el plazo de dos años, señalaron.
Por su parte, las pacientes a quienes les fueron administrados solo medicamentos estándares de quimioterapia lograron superar la dolencia oncológica en un 44 por ciento de los casos, informaron.
Los expertos destacaron que cada una de las tratadas con el nuevo procedimiento recibió, en promedio, 16 vacunas, y ninguna de las cuales causaron efectos secundarios graves.
Aunque los resultados son preliminares, subrayan que la proposición de una vacuna contra el cáncer de ovario, una enfermedad mortal que con frecuencia no se diagnostica hasta sus últimos estadios, argumenta futuros estudios clínicos, consideraron los autores.
Las células T son un tipo de linfocito que circula por nuestro cuerpo, explorándolo para detectar anormalidades celulares e infecciones.