PARÍS.- Cientos de personas participaron este sábado en París en una protesta en apoyo de los palestinos que había sido prohibida por la justicia y que fue dispersada de forma sistemática con gases lacrimógenos y cañones de agua.
La Prefectura de Policía había dado la orden a los agentes de dispersar toda agrupación de gente que acudiera a esa manifestación en la capital, donde fueron movilizados 4.200 gendarmes y policías con la intención de evitar disturbios.
Los organizadores tenían previsto ir del bulevar de Barbès a la plaza de Bastilla, pero furgones de las fuerzas del orden bloquearon los principales accesos. Pese a ello, hubo gente que acudió al llamamiento y se registraron altercados puntuales entre manifestantes y agentes.
Según la Prefectura de Policía, un gendarme resultó herido y hasta las 19.00 (17.00 GMT) había habido 44 detenciones.
«Es un escándalo que haya sido prohibida porque todavía deberíamos tener el derecho a manifestarnos. Todo está hecho para que termine en peleas», dijo a EFE Abdou, argelino de 60 años, en referencia al amplio despliegue policial.
La asistencia fue variopinta pero mayoritariamente joven y criticó los ataques israelíes en Gaza.
«Lo único que podemos hacer a nuestro nivel es manifestarnos pacíficamente. Queremos mostrar a los palestinos que no están solos», recalcó Sumaya, estudiante de arquitectura de 21 años, francesa y de origen marroquí.
El Tribunal Administrativo de París había prohibido esta protesta el viernes a petición del ministro del Interior, Gérald Darmanin, por los riesgos de altercados.
Aún así, sus organizadores, encabezados por la Asociación de Palestinos en Île-de-France, la mantuvieron alegando que «la decisión, tomada bajo pretextos falaces, es intolerable y atenta contra las libertades públicas«.
«No queremos que haya escenas de violencia y se importe el conflicto en suelo francés», reiteró este sábado el portavoz gubernamental, Gabriel Attal.
Las autoridades francesas querían evitar que se repitiera lo ocurrido en el verano de 2014, cuando una serie manifestaciones de apoyo a la causa palestina ante una operación militar israelí contra el grupo terrorista Hamás en la Franja de Gaza provocaron fuertes disturbios y ofrecieron imágenes de guerrilla urbana.
La actual escalada de violencia palestino-israelí comenzó el pasado lunes con el lanzamiento de cohetes de las milicias palestinas hacia Israel, que ha respondido a su vez con ataques masivos en ese enclave bloqueado por el Estado judío.
Desde entonces, según el Ministerio de Sanidad de Gaza, 140 palestinos han muerto, entre ellos 40 niños y 20 mujeres, y unas 1.000 personas han sido heridas, mientras que en el bando israelí ha habido nueve fallecimientos, entre ellos los de un adolescente y un niño.
La reacción del presidente francés, Emmanuel Macron, no ha sido lo suficientemente firme, estima el manifestante Rayane, para quien, pese a los llamamientos a la calma que el mandatario ha hecho a una y otra parte, el haber prohibido esta protesta le coloca, a su juicio, en favor de Israel. EFE