BOGOTÁ.- Los sistemas escolares en América Latina y el Caribe no se adaptan a los cambios y no ayudan a la inclusión, según un informe de Unicef en el que propone «reinventar» la educación poniendo el acento en «aprender» más que en «enseñar».
«El Aprendizaje Bajo la Lupa: Nuevas perspectivas para América Latina y el Caribe», difundido hoy, concluye que los niños y adolescentes de la región no disfrutan del derecho a «una educación inclusiva, equitativa y de calidad» que promueva «oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos».
Esa meta, uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, es difícil de alcanzar con «un sistema escolar que no se ajusta a los modelos actuales de aprendizaje, profundiza las grandes brechas y no contribuye a una educación equitativa y de calidad para todos los niños y los adolescentes», dice Unicef.
Aunque en enseñanza primaria se ha logrado una cobertura casi universal en la región, y en preescolar y la secundaria básica se ha llegado a niveles de más del 60 % y de un 70 %, respectivamente, el acceso al nivel secundario superior es significativamente menor (50 %) y el último ciclo de educación possecundaria es accesible a una cantidad muy reducida de jóvenes, según datos de la Cepal.
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) calculó en 2011 que el rezago educativo le cuesta a la región más de 9.000 millones de dólares, señala el informe.
«La educación en América Latina tiene que dar el salto hacia el siglo XXI y emprender nuevas estrategias de las que dependen el crecimiento económico, la cohesión social y la integración cultural», afirma Unicef.
El documento elaborado por la oficina regional de Unicef asegura que las últimas décadas han demostrado que la «asistencia a la escuela no equivale a aprendizaje y que la escolarización no es garantía de una preparación suficiente y adecuada para enfrentar competentemente los desafíos que conlleva la sociedad del conocimiento».
Además de no garantizar un adecuado aprendizaje, los sistemas educativos de la región «enfrentan un reto importante en relación al acceso ya que, pese al aumento en la tasa de escolaridad en la región, más de 21 millones de niños y adolescentes están fuera del sistema escolar o en riesgo de dejarlo».
Por eso, para Unicef, la escuela debe «rediseñarse y debe transformar sus sistemas de aprendizaje hacia un sistema que busque un aprendizaje a lo largo de toda la vida, con un enfoque centrado en el estudiante y los aprendizajes».
Esta transformación implica la creación de ambientes de aprendizaje que sean realmente eficaces, lo que implica que estén «centrados en el estudiante, estructurados y bien concebidos, profundamente personalizados y muy sensibles a las diferencias individuales y de grupo, en particular de los estudiantes más vulnerables, ya sea porque están en situación de pobreza o pertenecen a una minoría étnica».
Unicef destaca la necesidad de diseñar «una nueva alternativa tomando en cuenta las características propias de la región en la que los recursos económicos son restringidos y la base cultural de la población es heterogénea».
«Es necesaria una mutación, un cambio de paradigma permanente en la educación, que permita superar la exclusión educativa», agrega.
En el informe Unicef identifica cuatro casos «inspiradores para la búsqueda de mejores oportunidades de aprendizaje para todos los niños y jóvenes de América Latina y el Caribe».
Se trata de las Comunidades de Aprendizaje basadas en Relación Tutora, en México; Escuela Nueva, en Colombia; el Aprendizaje en Servicio, que opera en varios países de la región, y los cursos masivos y abiertos en línea de Uruguay, MOOC, por su sigla en inglés.
«La reinvención de la educación es una tarea larga y compleja que requiere aportes desde todos los sectores», concluye el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia.
EFE/Foto: diariolibre.com