MONTEVIDEO (Uruguay).- La tranquilidad fue la nota predominante en las primeras horas de la jornada electoral departamental en Uruguay en un día en el que la clase política puso el acento en el cuidado sanitario para prevenir contagios de COVID-19.
Según la Corte Electoral, a las 12.00 horas (15.00 GMT), cuando habían transcurrido las cuatro primeras horas de votación, la participación era del 33% del censo.
Uruguay es el quinto país americano que vive unas elecciones tras la declaración de la pandemia, después de que lo hicieran Surinam, República Dominicana, San Cristóbal y Nieves y Jamaica y esto ha supuesto que, junto a la credencial y la papeleta, los votantes acudiesen con mascarilla y alcohol en gel y mantuviesen distancia en las filas de espera.
La celebración -este viernes- de la Marcha de la Diversidad, en la que decenas de miles de personas se congregaron en Montevideo sin distancia de seguridad y muchas de ellas sin tapabocas -al contrario de lo recomendado por los organizadores-, y un caso positivo -el sábado- en el fútbol uruguayo hicieron saltar las alarmas en un país que hasta ahora ha controlado bien la pandemia.
Desde el pasado 13 de marzo, cuando se declaró la emergencia sanitaria en el país suramericano, se han registrado 1,998 casos (235 activos) y 47 fallecidos.
La salud por encima de todo
En redes sociales y en declaraciones a la prensa en los centros de votación, políticos de distinto signo pidieron cuidado a la población.
Álvaro Villar, uno de los candidatos a la Intendencia de Montevideo por el Frente Amplio (FA), la coalición de izquierda que gobernó Uruguay entre 2005 y 2020 y lo hace en la capital desde 1990 hasta ahora, recordó la importancia de lavarse las manos, aunque en un día como hoy «no hace mal llevarse un frasquito de alcohol en gel y usarlo todas las veces que se pueda».
En la misma línea se manifestó la exministra de Industria, Energía y Minería (2015-2019) Carolina Cosse, su correligionaria y también aspirante al gobierno capitalino, quien señaló: «(Pido) que nos cuidemos todos. De esto o salimos juntos o no salimos».
Laura Raffo, aspirante única para la capital por la coalición del Gobierno uruguayo que encabeza Luis Lacalle Pou, solicitó «ser cuidadosos» tanto en la votación como «cuando llegue la hora de los festejos».
Este sábado, el ministro de Salud Pública, Daniel Salinas, había mostrado en Twitter su descontento con la celebración de la marcha alegando que se había sentido como «predicando en el desierto».
«El respeto a la elección en cómo queremos sentir, ser o expresarnos en toda la amplitud de la acepción es incuestionable. Ahora bien, la violación de las recomendaciones sanitarias realizada por los propios organizadores y que no mereció reparos, es otra cosa diferente. El derecho a la salud es también un derecho de tod@s», continuó.
Las autoridades sanitarias están en alerta también por los desplazamientos a los departamentos (provincias) para votar y la llegada de uruguayos desde Argentina y Brasil, si bien el ministro del Interior, Jorge Larrañaga, difundió, antes de votar en Paysandú (oeste), que apenas 400 personas habían ingresado al país.
Un presidente debutante y dos veteranos exmandatarios
El presidente de Uruguay, Luis Lacalle Pou, afronta sus primeras elecciones como jefe de Estado, tras asumir su cargo el 1 de marzo, por lo que no ha podido hacer campaña, ya que lo prohíbe la Constitución.
«Es rarísimo. Es la primera vez en mi vida que no puedo actuar de dirigente político. Lo asumo como tal, pero es un vacío importante. Yo soy un dirigente político, pero hoy soy el presidente de todos los uruguayos y no hay que cruzar la raya», comentó.
Quien no acudió a las urnas fue su predecesor, Tabaré Vázquez (2015-2020), quien pidió un eximente médico hace unos días. En el 2019 le fue diagnosticado un cáncer de pulmón, del cual se recuperó, pero le dejó un delicado estado de salud.
Otro exmandatario que apeló a la salud para anunciar que dejará en breve su escaño de senador fue José Mujica (2010-2015) (foto), quien, no obstante, sí fue a votar.
«Estoy para salir por cuestión de edad, porque tengo una enfermedad inmunológica crónica y es lógico que la política obliga a relaciones sociales. Si me tengo que cuidar, no puedo hablar, no puedo ir a un lado, no puedo ir al otro, soy un mal senador», argumentó Mujica, quien en mayo pasado cumplió 85 años.
El expresidente Julio María Sanguinetti (1985-1990 y 1995-2000), de 84 años, acudió con «alegría» a su cita con las urnas y consideró que, a pesar de la pandemia, «suspender una elección es un fenómeno muy grave», por lo que opinó que Uruguay hizo bien manteniendo estos comicios.
EFE/ Concepción M. Moreno
⊕