West Point se sitúa en el centro de contienda mediática que sacude a EEUU

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WASHINGTON (EEUU).- La academia militar de West Point se ha situado estos días en el centro de un debate sobre la conveniencia de celebrar las habituales ruedas de prensa en el Pentágono, una controversia mediática que sacude a EEUU desde que Donald Trump asumió la Presidencia en enero del 2017.

Un exportavoz del Departamento de Defensa, Chase Spears, encendió la mecha el pasado viernes al publicar una columna de opinión en la web del centro de estudios de West Point, Institute of War, pero en realidad todo comenzó hace hoy 326 días.

Fue entonces, un ya lejano 31 de mayo del 2018, cuando el Pentágono ofreció su última rueda de prensa semanal con cámaras.

Desde entonces, a pesar de que se han producido noticias tan relevantes como el despliegue de tropas en la frontera con México o la victoria sobre los yihadistas del grupo terrorista Estado Islámico en Siria, el Departamento de Defensa se ha mostrado reacio a situarse frente a las cámaras.

De hecho, a lo largo de casi un año, el Pentágono tan solo ha empleado el atril de su sala de prensa en una ocasión: el pasado 28 de agosto, cuando el entonces secretario de Defensa, James Mattis, y el jefe del Estado Mayor Conjunto del Ejército de EEUU, el general Joseph Dunford, comparecieron ante los medios para abordar, entre otros asuntos, la situación en Afganistán.

La cartera de Defensa nunca ha explicado el porqué de este silencio que, en todo caso, es tan solo parcial, puesto que aún se celebran ruedas de prensa sin cámaras con cierta periodicidad y el Departamento de Comunicación sigue respondiendo puntualmente a las preguntas de los periodistas de forma individualizada.

Este silencio, no obstante, ha dado lugar a una cierta especulación y hay quien la atribuye a los cambios que ha sufrido la institución en los últimos meses, con la salida de Mattis y de su equipo el pasado diciembre.

Sin embargo, la teoría más popular apunta a que esta falta de transparencia se debe a un efecto contagio del trato a la prensa que da el comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, Donald Trump.

Es en este contexto en el que Spears publicó su columna, que bajo el título «Hacen falta dos para bailar un tango», se hace eco de algunos de los mensajes más incendiarios del presidente, de la falta de credibilidad de la prensa o su escaso conocimiento de los hechos de primera mano.

«Mientras que la comunidad periodística nacional prestó un tiempo sin precedentes a transformar en celebridades a una estrella porno y a su abogado, muchos de estos reporteros declinan la oportunidad de pasar tiempo con las tropas (desplegadas en Afganistán)», acusó el exportavoz, en clara referencia a Stormy Daniels, quien saltó a la fama por su presunta relación extraconyugal con Trump.

Spears acusa a los periodistas de no someterse a ninguna «autorregulación», lo que afecta, dice, a su profesionalismo.

La reacción de los periodistas especializados en Defensa no se hizo esperar.

La periodista de la cadena CNN Barbara Starr, una de las profesionales más respetadas del sector, reflejó en su cuenta de Twitter el sentir de sus compañeros: «Con todo el debido respeto, Chase Spears, ha visto durante todo el día cómo muchos discrepamos vehementemente con usted. Pero nosotros, la prensa libre, defendemos su derecho a expresar su opinión».

La controversia fue en aumento a lo largo del fin de semana, con numerosos profesionales, militares y lectores atacando a Spears en las redes sociales.

Por este motivo, la publicación de Institute of War optó este lunes por ceder su tribuna a dos autores que han expresado opiniones opuestas sobre el tema.

Por un lado, el teniente coronel Matt Cavanaugh escribió que, a pesar de que Spears no estuvo acertado en algunos de sus comentarios, la reacción de la prensa en general fue «terrible».

«En estos años en que han eclosionado las redes sociales, la respuesta razonable ha sido sustituida por una rabia furibunda (…). Al margen de lo que cada uno piense del ensayo de Chase Spears, por lo menos él tuvo las agallas de poner su nombre en un texto razonado al servicio de su profesión», concluyó Cavanaugh.

Frente a él, el exasesor del Secretario de Defensa en Asuntos Públicos Brent Colburn optó por contradecirlo en su columna «Desempolven el atril».

«Las ruedas de prensa son importantes no solo por lo que son, sino también por lo que representan. Son un símbolo del compromiso de la institución con la rendición de cuentas (…), una manera de manifestar la idea de que el Departamento de Defensa está abierto a contestar hoy tus preguntas, sin importar lo que escribiste ayer», aseguró Colburn.

EFE/Rafael Salido

 

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