Yosef Maiman: El gran corruptor Odebrecht tenía la mano llena de sobres

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HERZLIYA PITUAJ/Israel.- Odebrecht fue durante décadas «el gran corruptor» y «tenía la mano llena de sobres», aseguró a Efe en una entrevista el empresario peruano israelí Yosef Maiman, sospechoso de recibir dinero del gigante brasileño para el expresidente peruano Alejandro Toledo.

«Odebrecht ha sido a través de los tiempos un elemento corruptor. No es algo nuevo, décadas de actividad de ellos, tanto en el Perú como en otros países», asegura el millonario y amigo durante años de Toledo, que destaca que la empresa brasileña «políticamente en cada país tenía la mejor inteligencia del mundo».

«La embajada brasileña trabajaba para ellos en Lima, pero tenían contactos con todo el mundo y cualquier tipo que sabía algo estaba en nómina», afirma en una entrevista exclusiva con Efe.

El empresario y multimillonario israelo-peruano, Yosef Maiman, sospechoso en los casos de Ecoteva y Odebrecht de haber ayudado al expresidente de Perú Alejandro Toledo a lavar fondos, habla en exclusiva a Efe del deterioro de su relación y de cómo se sintió «utilizado». EFE/Maya Siminovich

Reconoce que conoce a Jorge Barata, quien fue representante de Odebrecht en Lima, hoy acusado de corrupción y que testificó que entregó 20 millones de dólares a una empresa de Maiman para Toledo.

«Yo tuve muy pocos encuentros con Barata, pero recuerdo que me impresionó que él sabía lo que tomaba cada uno (políticos) de desayuno: si eran huevos pasados o fritos, tostadas o pan, café o leche. Increíble el nivel de inteligencia que ellos tenían de todo el sistema político. No creo que hubiese un peruano que conociese el sistema tan bien», rememora.

En muchos países latinoamericanos, señala, era importante el control de los medios y el trabajo social en zonas pobres, algo que «exige fondos» y para lo que «Odebrecht era un contribuidor muy grande».

«Ahora bien, qué pasaba con esos dineros en cada sitio… en cada circunstancia el uso fue distinto», dice encogiéndose de hombros.

Sobre la declaración de Barata a la Fiscalía brasileña, asegura que «hay elementos ciertos y otros elementos muy importantes que él no hace mención. Escoge qué va a decir y qué no. Por defensa propia, por intereses corporativos de Odebrecht, por compromisos con gentes».

«Hay elementos que yo los recuerdo distintos», asegura.

Pero añade que cree que «bajo sus circunstancias, donde podría ser acusado y tiene un acuerdo con las autoridades brasileñas, obviamente está cubriendo la suya, tratando de ver cómo sale de esto lo menos maltrecho posible«.

«Odebrecht es una compañía de muchas lealtades personales y él es una de las personas super leales a Marcelo. Su lealtad se pone a prueba cuando lo meten en la cárcel, no obstante él decide jugar la carta de Marcelo y la carta de la empresa», analiza.

Pero es tajante al afirmar que Barata «era el corruptor jefe»: «Eso se manejaba entre él y Marcelo», sentencia.

Maiman asegura que conocía a la compañía brasileña desde hace cuatro décadas, por el trabajo de su grupo en el desarrollo de proyectos en todo el mundo, desde refinerías hasta plantas de tratamiento de aguas, gas o agricultura.

«Odebrecht tenía dos características muy importantes, la primera, ingeniería al nivel más alto. Era una extraordinaria compañía desde el punto de vista de ingeniería y obra. El otro lado de la misma moneda es que eran manirrotos, tenían la mano llena de sobres y repartían dinero a diestra y siniestra. Y estaba extraordinariamente bien organizado», afirma.

«Si había un político que dejó su cargo pero tenía quizás una ambición futura, ese período de espera lo seguían manteniendo, a otro nivel, pero mantenían esa relación de dependencia. Y así operaban en todos sitios» añade.

Una de las bazas de la empresa era su capacidad para captar financiación de exportación del gobierno brasileño «en montos casi infinitos», cuestión clave cuando se compite por un proyecto.

Su interés en Odebrecht, asegura, era «incorporarlos en proyectos que nosotros desarrollábamos en todo el mundo, en lugares donde ellos no habían trabajado» en Asia y Oriente Medio.

«Había una comunidad de intereses y un potencial» con el que denomina «uno de los grupos corruptores más exitosos que se hayan visto y con financiación».

No quiere extenderse sobre el caso de la Transoceánica, pero sí matiza que Odebrecht no necesitaba que nadie les favoreciese porque «iban a llevarse ese proyecto igualmente», por la dinámica interna entre las compañías brasileñas y porque «eran los únicos con financiación e historia en el país».

Respecto a las acusaciones de la empresa de ingeniería a Toledo, asegura que «obviamente, entre todos los políticos peruanos, es el más débil políticamente. Por consiguiente, se está concentrando todo el fuego sobre él. Lo cual no le exonera, en absoluto».

Preguntado sobre el presunto soborno, zanja: «No voy a comentar nada con respecto a los 20 millones ni quién dio qué, eso es para un juicio».

Aunque rechaza hablar sobre el tema, sí asegura que le parece «extraño» que se le atribuya a Toledo una comisión de 20 millones por un proyecto de 800 millones de dólares y que se admitan comisiones de solo nueve millones por el incremento del proyecto en unos 1.400 millones, algo que causa, asegura, «incredulidad extrema».

EFE

 

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