La abogada ecologista Zuzana Caputova ha sido elegida hoy presidenta de Eslovaquia, la primera mujer que accede a la jefatura del Estado en esta pequeña democracia poscomunista, que es miembro de la UE y la OTAN desde 2004.
«Celebro mi victoria y que haya llegado de una forma de la que muchos llegaron a dudar de si puede funcionar», señaló la vencedora, en relación a un lucha política «con ideas propias, sin caer en el populismo», y donde «se puede hablar de la verdad y ganarse la confianza de otros sin un vocabulario agresivo y golpes bajos».
«La decencia en la política no es una muestra de debilidad sino que puede ser nuestra fortaleza», ha dicho también la abogada, que empezó su discurso en la cuatro lenguas más habladas del país: eslovaco, húngaro, romaní y checo.
Las coordenadas de la nueva mandataria eslovaca serán una fuerte orientación pro-europea, con acento en la ecología y el fortalecimiento del Estado de Derecho y la justicia, recordó por su parte Ivan Stefunko, presidente del partido liberal de izquierda «Progresivne Slovensko» en el que aún milita Caputova.
Tras el 95 % del escrutinio de los votos, Caputova ha vencido con el 58,2 % frente a 41,8% que obtuvo el experimentado diplomático Maros Sefcovic, vicepresidente de la Comisión europea que concurrió como independiente, pero apoyado por el gubernamental partido socialdemócrata Smer.
A pesar de los llamamientos de los líderes políticos, no ha habido una afluencia masiva a las urnas, que debían elegir entre los dos candidatos más votados en la primera vuelta, celebrada hace dos semanas, y donde otros candidatos de la derecha populista sumaron un 25 %, pero quedaron fuera de la segunda ronda.
Este particular pudo contribuir a la baja participación en las urnas, del 41,91 %, ya que el aspirante perdedor, Sefcovic, también un europeísta, no representaba una opción aceptable para los seguidores de los líderes euroescépticos.
«La he felicitado (a Caputova) y dicho que desde hoy tiene una gran responsabilidad. A pesar de la campaña turbulenta, son momentos de unidad en Eslovaquia», dijo Sefcovic tras reconocer su derrota, en una llamada además a cerrar filas por el país.
Caputova, de 45 años, será la sucesora del empresario y filántropo Andrej Kiska, que finaliza en junio su quinquenio al frente del Estado, donde ha mantenido tensas relaciones con el Ejecutivo de coalición de mayoría socialdemócrata.
Entre otros, ha sido un crítico de la manera en que el Gobierno gestionó la crisis institucional generada por el asesinato del periodista de investigación Jan Kuciak, que hacía pesquisas sobre los vínculos del crimen organizado con las altas esferas del poder.
El homicidio de Kuciak generó una masiva ola de protestas de la sociedad civil a las que se unió el jefe de Estado, en medio de la indignación por el lento avance de la instrucción policial sobre el crimen y el escándalo de corrupción que reveló el trabajo del reportero.
En estas marchas callejeras estuvo siempre Caputova, que colaboró en varios casos de corrupción con Kuciak.
En su campaña electoral, la activista ha pedido «enfrentar el mal», en alusión a los tentáculos de la mafia en la alta política, y una «Eslovaquia más justa».
Al depositar hoy el voto, el primer ministro, el socialdemócrata Robert Pellegrini, ha deseado un «buena cooperación» con el nuevo inquilino del Palacio de Grassal, sede de Presidencia.
Pellegrini ha reconocido hoy que perdura en el país centroeuropeo la situación de «turbulencia» tras el asesinato de Kuciak, y cuyos autores aún no se han sentado en el banquillo de acusados.
Este escándalo ha desacreditado a las autoridades y ha sembrado la desconfianza de la ciudadanía hacia órganos como la policía, fiscalía, jueces y el Gobierno.
La abogada se declara deudora de la ideología liberal y al mismo tiempo ha sabido granjearse simpatías de los sectores conservadores, cuyos valores ha declarado que respetará «plenamente», eso sí, buscando el nexo entre la tradición y el liberalismo.
«El cristianismo y el liberalismo no se excluyen mutuamente, ya que el principal valor del cristianismo es el amor, y también la compasión, y esto vale también en mi vida», ha recordado la futura presidenta de un país de mayoría católica.
En su campaña, Caputova ha obviado cuestiones de política exterior, como el conflicto de Ucrania o los conflictos que tienen con la UE algunos vecinos del Grupo de Visegrado, integrado por Eslovaquia, República Checa, Hungría y Polonia, por considerar que han socavado los estándares de la democracia y el Estado de derecho. EFE